CONMOCIÓN E INDIGNACIÓN EN SAN PEDRO:
Una enfermera fue asesinada a balazos y el agresor luego se quitó la vida utilizando la misma arma de fuego.
El "femicidio" seguido de "suicidio", estuvo precedido por varias denuncias por "violencia de género" radicadas por la víctima, pero que no tuvieron su correlato en el accionar de la justicia, que demoró en fijarle una restricción de acercamiento para el hombre.
Natalia Duarte (de 43 años), fue hallada muerta en el baño de su casa, tras haber recibido varios disparos, mientras que en una de las habitaciones se encontró, también fallecido, a Walter Brizuela (de 45 años), presentando un impacto de bala en la sien derecha.
El personal de la comisaría 1ª de San Pedro que tomó intervención en el hecho incautó el arma con la que el hombre cometió el crimen y que también usó para suicidarse.
Sobre este sujeto ya había varias denuncias por episodios de violencia doméstica, que fueran radicadas por su ex pareja, quien había decidido cortar la relación sentimental a principios de este año.
El acusado, domiciliado en Baradero, seguía hostigando a la enfermera (quien trabajaba en el Hospital Municipal) y pese a ello no se le había fijado "la perimetral", debido a una demora por la feria judicial de verano.
La fiscal Viviana Ramos, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 11 de San Pedro, ahora analiza la documentación sobre las denuncias que había formulado la víctima, aunque el expediente quedó virtualmente resuelto, ante la extinción de la acción penal, luego de la muerte del "femicida".
"El sistema que debe proteger a la víctima falló y el caso terminó en femicidio", expresaron los investigadores del caso.
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