La monja Kosaka Kumiko, sospechada de ser partícipe de los abusos sexuales contra niños hipoacúsicos, cometidos en el Instituto Próvolo de Mendoza, fue trasladada por la Policía Federal y llevada a los Tribunales, donde la esperaba el fiscal que investiga la causa, Gustavo Stroppiana.
La religiosa, quien se encontraba prófuga desde el 31 de marzo, fue señalada por una víctima, quien aseguró que Kumiko sabía de los abusos e incluso, en su caso, tras ser violada le puso pañales por el sangrado que le ocasionó el ataque sufrido.
Fuentes vinculadas con el caso dijeron que Kumiko sería imputada en las próximas horas por participación primaria en los delitos de abuso sexual y corrupción de menores, las mismas figuras penales por los que ya se encuentran procesados y detenidos dos sacerdotes y tres administrativos del establecimiento.
La monja estuvo prófuga cerca de un mes y se entregó en una comisaría de la ciudad de Buenos Aires.
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