Una banda de piratas del asfalto que carga con el asesinato de un custodio quedó desarticulada en 14 procedimientos realizados en varias localidades del conurbano y en la Ciudad de Buenos Aires.
Hay 11 personas detenidas (tres mujeres), y otras dos quedaron a disposición del fiscal Pedro Illanes, de la UFIyJ3 del Departamento Judicial Mercedes.
En el operativo en forma coordinada se realizó en: Tristán Suárez, Monte Grande, Ciudad Evita, Villa Celina, La Tablada, Villa Bonich, Del Viso, Tigre, Ituzaingó y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En el operativo en forma coordinada se realizó en: Tristán Suárez, Monte Grande, Ciudad Evita, Villa Celina, La Tablada, Villa Bonich, Del Viso, Tigre, Ituzaingó y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
También se secuestraron 2 millones de pesos, cinco pistolas 9 mm, un fusil Fal, una ametralladora, una escopeta, chalecos antibalas y prendas con identificación de la Policía Federal.
Se decomisaron una veintena de autos de alta gama e inhibidores de señales satelitáles, que funcionan como bloqueadores de rastreos.
Se decomisaron una veintena de autos de alta gama e inhibidores de señales satelitáles, que funcionan como bloqueadores de rastreos.
Entre las personas detenidas hay tres mujeres: una de ellas puso su nombre para comprar celulares para la banda, y las otras dos también prestaron sus nombres para adquirir algunos de los autos de alta gama que utilizaron sus respectivas parejas.
La investigación comenzó en junio del año pasado y culminó un día antes de otro asalto a un camión con mercadería en tránsito.
La investigación comenzó en junio del año pasado y culminó un día antes de otro asalto a un camión con mercadería en tránsito.
La banda disponía para sus golpes de varios vehículos de origen ilícito que eran utilizados para alcanzar cada camión, reducir a los chóferes y custodios y trasladarlos a lugares alejados para ganar tiempo, mientras la mercadería era llevada a un sitio cercano previamente acordado, por lo general a un campo en el que habían sobornado al puestero.
Desde ese lugar era trasladada a otros vehículos y, finalmente, a su destino final o depósito.
No me extrañaría que estos delincuentes tuvieran el permiso de Granados para actuar
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