El trágico hecho ocurrió cuando el nene cayó al vacío desde 15 metros.
El niño, identificado como Pablo Damián Bruno, había ingresado al predio del Molino Werner y un encargado lo vio cuando ya estaba en las alturas, le pidió que descendiera porque podía lastimarse, pero el menor decidió continuar con la práctica.
Según precisaron fuentes policiales de la Seccional Segunda de la capital pampeana a la prensa, el menor llegó solo al lugar en una bicicleta playera que había dejado atada con una cadena en las inmediaciones.
El secretario de Cultura de la Municipalidad de Santa Rosa, Miguel García, dijo a El Diario que el chico fue visto por el encargado -identificado como Roberto Fosaseca- mientras hacía una recorrida.
"Estaba haciendo una ronda, sintió un ruido y vió al pibe colgado de una cornisa. Le pidió que se baje y no le hizo caso. Empezó a subir él mismo para tratar de convencerlo, sintió otro ruido y era que se había caído", detalló el funcionario.
Tras la tragedia, la Policía cercó el sector luego del accidente y se hicieron presentes el médico forense y autoridades del municipio, entre ellos el intendente Luis Larrañaga, mientras que la investigación quedó a cargo del fiscal Máximo Paulucci.
Trascendió que el menor era aficionado al Parkour (el arte del desplazamiento), una disciplina de origen francés que consiste en desplazarse por cualquier entorno, usando las habilidades del propio cuerpo, procurando ser lo más eficaz y eficiente posible y efectuando movimientos seguros.
Una disciplina peligrosa a alturas muy elevadas ya que es una mezcla de acrobacia, saltos y movimientos callejeros.




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