Los camaristas ratificaron la acusación por lesiones gravísimas y abuso de armas.
Ambos delitos están agravados por abuso de su función como integrante de una fuerza de seguridad.
Por su parte, el camarista Roberto Boico planteó la necesidad de ahondar en la investigación para determinar eventuales responsabilidades de las autoridades que intervinieron en el operativo.
Según la resolución, el Gendarme Guerrero realizó seis disparos con una pistola lanza gases "de manera prácticamente horizontal" y en dirección a los manifestantes, entre las 17 y las 17:22 horas del 12 de marzo pasado.
Uno de esos disparos impactó directamente en Grillo, quien sufrió una fractura expuesta de cráneo y hematomas intracraneales, lesiones que, de acuerdo con el Cuerpo Médico Forense, "pusieron en riesgo su vida".
Además, el Tribunal citó los manuales de uso del arma y estándares internacionales, que establecen que "nunca deben dispararse cartuchos de gas lacrimógeno directamente hacia una persona, ya que su impacto puede provocar lesiones graves y hasta la muerte".



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