Nacida el 15 de agosto de 1919 en Moisés Ville (provincia de Santa Fe), se formó como obstetra en la Universidad Nacional del Litoral y llegó a ser jefa de la Maternidad Escuela de Obstetricia de Rosario.
Más tarde se radicó en Buenos Aires, donde se casó con Benjamín Rosinblit.
Su vida cambió drásticamente en octubre de 1978, cuando su hija Patricia Rosinblit y su yerno José Pérez Rojo, militantes de Montoneros, fueron secuestrados por la Fuerza Aérea en Martínez, junto a su hija de un año, Mariana Eva.
La niña fue devuelta a su familia paterna, pero la pareja fue trasladada a la Regional de Inteligencia de Buenos Aires y luego a la ESMA.
Allí Patricia, embarazada de ocho meses, dio a luz a su hijo Rodolfo Fernando, que fue apropiado por una familia vinculada al Ejército del Aire.
Durante décadas, Rosa buscó a su nieto, hasta que en abril del 2000 un análisis genético confirmó su identidad como Guillermo Pérez Roisinblit, quien había crecido con otra familia.
Activa hasta el final, se desempeñó como vicepresidenta de Abuelas hasta el 2021, cuando pasó a ser Presidenta honoraria.
Bajo su impulso, varios responsables de la apropiación y desaparición fueron condenados, entre ellos: Francisco Gómez, Teodora Jofré y el médico Jorge Luis Magnacco.
Los padres de Pérez Roisinblit continúan desaparecidos.
Con su partida, Abuelas pierde a una de sus figuras más emblemáticas, cuya vida combinó la tragedia personal con la perseverancia en la lucha colectiva por la memoria, la verdad y la justicia.
A Rosita ya se la extraña y la llora toda la ARGENTINA.
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