En el Estadio Libertadores de América - Ricardo Enrique Bochini, Independiente recibió a Universidad de Chile por el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana.
El encuentro entre el Rojo y el Chuncho fue suspendido a los 20 minutos del segundo tiempo por una extrema violencia.
El evento deportivo quedó manchado por los graves incidentes entre las hinchadas con enfrentamientos, varios heridos (uno de gravedad) y 110 detenidos.
Ubicados en la Tribuna Pavoni Alta, un grupo de hinchas de Universidad de Chile arrancaron el conflicto: robaron una bandera de los fanáticos locales, la prendieron fuego y lanzaron butacas, bombas de estruendo y botellas a los simpatizantes del club de Avellaneda, situados en la parte baja.
La voz del estadio ordenó a los visitantes que se retiren de la tribuna y amenazó con posibles sanciones pero los violentos de la U siguieron con su accionar: violentaron un cuarto en el que se guardan elementos de limpieza y comenzaron a arrojarlos contra los hinchas locales.
La situación continuó con corridas de la barra brava del Rojo a los hinchas visitantes, después de lograr acceder a su tribuna, los violentos del club local dejaron en boxer a varios visitantes, le dieron trompadas, palazos y arrinconaron a uno al punto que decidió tirarse de la tribuna al vacío.
Pese a los actos de vandalismo de los de la U y de la violencia por ambos lados, la Policía no intervino para controlar la situación, ya que la Conmebol ordenó que no fuera a ese sector, que está protegido solamente por algunos hombres de seguridad privada.
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