La unidad siniestrada pertenecía a la empresa "Santa Lucía" y trasladaba a 57 personas, en su mayoría oriundas del norte santafesino: Reconquista, Vera, Calchaquí, Malabrigo, San Justo y zonas rurales.
El viaje había comenzado en la Ciudad de Buenos Aires y tenía como destino final la provincia de Chaco, donde debían llegar en la madrugada.
El impacto lateral con el camión fue tan violento que la parte delantera del colectivo quedó completamente destruida.
Allí murieron en el acto los dos choferes y el coordinador del grupo, quienes quedaron atrapados entre los hierros retorcidos.
Pese al rápido arribo de los Bomberos Voluntarios de Laguna Paiva, Zapadores de Santa Fe y dotaciones de Esperanza, no fue posible rescatarlos con vida.
El "código rojo" fue activado por los servicios sanitarios, que trasladaron a los heridos (algunos con fracturas, cortes profundos y traumatismos) al Hospital Protomédico y otros centros de salud regionales.
Según las primeras pericias, el camión Scania transportaba insecticidas y habría realizado una detención breve en una gomería a la vera de la ruta.
Al intentar reincorporarse a la calzada, fue impactado de manera frontal por el ómnibus que circulaba en sentido norte.
Las condiciones climáticas (con asfalto mojado, visibilidad reducida y falta de cartelería) podrían haber contribuido al desenlace fatal.
La fiscal de turno ordenó peritajes exhaustivos, incluidos análisis de alcoholemia y narcolemia al conductor del camión, un hombre (de 48 años) oriundo de Córdoba.
La causa quedó caratulada, en principio, como "Homicidio Culposo".
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