Todo sucedió cuando el sargento junto a su compañera del móvil, se presentaron en la UPA de Longchamps donde el Policía dijo que "habían observado en Lima y Langenheim a dos individuos al lado de Volkswagen Polo gris y que al intentar identificarlos uno de los sospechosos intentó sacarle el arma reglamentaria a su compañera".
En ese momento, comentó que "ante la voz de alto, comenzaron a disparar y resultó herido en un hombro".
Tras la denuncia se organizó un operativo cerrojo y una investigación desde la justicia por el delito de "resistencia a la autoridad, abuso de armas y lesiones".
La herida de bala no produjo lesiones de gravedad en el sargento y en la pericia se determinó que el proyectil había ingresado en el cuerpo del Policía por el agarre del hombro derecho del chaleco antibalas, el que había sido fabricado en el 2022 y tiene cinco años de vigencia.
Sin embargo, la investigación avanzó y culminó con el sargento herido procesado por la justicia y desafectado de la fuerza por Asuntos Internos cuando en la pesquisa se pudo certificar que lo que había pasado era que "el sargento frenó en el descampado de Lima y Langenheim y que al meterse unos metros la compañera escuchó una detonación".
Siempre, (de acuerdo al relato oficial), el sargento regresó al patrullero agarrándose el hombro derecho y le dijo a su compañera que "se había lesionado para tener licencia y cobrar el seguro" por lo que fue imputado por "falsa denuncia y defraudación contra la administración pública en grado de tentativa".
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