No se trata de imponer ideas ni de desacreditar al adversario, sino de encontrar puntos de encuentro que permitan avanzar en la gobernabilidad y en la conducción eficaz de nuestras instituciones.
Es crucial comprender que los rivales políticos no son enemigos, sino colaboradores potenciales en la búsqueda del bien común.
Lamentablemente, hemos caído en la trampa de polarizar la discusión política, etiquetando a unos como extorsivos, a otros como destituyentes, y a algunos más como golpistas.
Esta retórica divisiva solo obstaculiza la posibilidad de alcanzar acuerdos sólidos y duraderos.
Es tiempo de dejar de lado los intereses partidistas y pensar en el pueblo que los eligió para representarlo.
¿LOS PUEBLOS SE EQUIVOCAN?.
¿NOS ESTAMOS CONVIRTIENO EN UN PUEBLO INSENSIBLE, VIOLENTO Y DESTRUCTIVO?.
¿HASTA CUANDO SE AGUANTA?.
Cada diputado, cada senador, tiene la responsabilidad de velar por el bienestar de sus conciudadanos, especialmente de aquellos que sufren las consecuencias de políticas desacertadas.
La ciudadanía está cansada de las peleas y los ajustes de cuentas en la política.
Anhela líderes comprometidos con el diálogo y la búsqueda sincera de soluciones que mejoren su calidad de vida.
Es hora de que los dirigentes políticos escuchen el clamor popular y abandonen la retórica vacía.
El país necesita líderes que estén dispuestos a trabajar juntos por un acuerdo Nacional que permita superar los desafíos que enfrentamos.
No más divisiones, no más confrontaciones estériles.
Es momento de unir fuerzas y poner este país de pie, porque el pueblo ya no puede más!!!.
No hay que seguir tirando de la piola!!!.
LA CASTA come todos los días y adquiere bienes a cada momento.
Por eso la pregunta sería... ¿Quién se hace cargo del desastre?.
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