"Hasta el 2011 estudiaba en Santo Domingo, pero mi madre enfermó y tuve que volver a Haití, donde no pude pagar mis estudios y debí ponerme a trabajar".
"En mi país hay mucha violencia, no se respetan los derechos humanos, por lo que un conocido me puso en contacto con alguien que me podría ayudar en Argentina, así que decidí venir", reconstruyó Punier sobre cómo se gestó ese momento bisagra en su vida.
En su relato se mezclan todas las duras situaciones que le tocó vivir: sus primeros días en Argentina, que lo tuvieron incluso durmiendo en la calle; las idas y vueltas para tratar de regularizar su documentación; hasta la violencia que sufrió en carne propia, como cuando incendiaron su casa en Bernal, lo que le provocó serias quemaduras.
Sin embargo, con su nuevo DNI en la mano, siente que hay un antes y un después.
Para llegar a esta situación, la Defensoría del Pueblo bonaerense tuvo un papel preponderante, ya que el área de Migrantes del organismo que conduce Guido Lorenzino se ocupó de llevar adelante todos los trámites necesarios para conseguir este derecho indispensable.
Cuando se contactó con la Defensoría, a fines del 2022, Punier estaba tramitando su documento de extranjero ante la Dirección Nacional de Migraciones, pero el expediente estaba totalmente demorado.
Como se encontraba en condición de refugiado según el régimen para personas de la Comunidad del Caribe (Caricom), se lo acompañó y contuvo hasta que luego de varias intervenciones finalmente se logró alcanzar el objetivo.
Punier está desempleado, con la documentación en regla sabe que las oportunidades laborales y de estudios son otras.
"Quiero tener un negocio propio y algún día poder volver a mi país a ayudar, sobre todo a las personas del interior, porque hoy para los jóvenes haitianos no hay futuro", confesó con la emoción y la tranquilidad de alguien que por fin pudo encontrar ayuda.
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