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domingo, 23 de abril de 2023

“El idiotismo ilustrado o la Dolarización de la Economía":


Como pre-candidato a Presidente por "Somos la Transición", les comparto un trabajo publicado en septiembre de 2019 donde los economistas Gesellianos que asesoran y trabajan en nuestro espacio advertían y ya tenían un horizonte de lo que podía ocurrir.

INFORME ECONÓMICO MES DE SEPTIEMBRE DE 2019
Permítanme emitir y controlar la moneda de una nación, y no me preocuparé por quién haga las leyes. Meyer Amschel Rothschild - Banquero internacional.

Cualquiera que en un país controle el volumen del dinero es el amo de la industria y del comercio. James A. Garfield – Ex presidente de los EE. UU.

La moneda es nuestra, el problema es de ustedes. John Connolly - secretario del Tesoro de EE. UU. bajo Richard Nixon.

La economía es tal vez la única disciplina científica donde los legos por un lado y los que alguna vez ocuparon el poder, a veces con resultados desastrosos por el otro, se animan a exponer teorías que, según ellos, serían la solución del problema.

Nadie se anima a discutir con un cirujano el abordaje de una intervención, como tampoco nadie se anima a discutir con un astrónomo la constitución física del universo, pero a poco que hablamos con algún vecino o amigo nos encontramos que se encuentra dispuesto a darnos una cátedra completa de cómo solucionar los problemas del país.

Como consecuencia de los altos niveles de inflación que padece la Argentina a partir de la era Macri y, con énfasis en estos últimos tiempos, somos testigos de innumerables notas periodísticas que exponen y avalan la necesidad de dar punto final al problema, dolarizando la economía.

Esta teoría propone que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) retire los pesos circulantes y los supla con la moneda de un país ajeno (dólares de EE. UU.).

Y luego el que debería retirarse sería nuestro propio BCRA, porque ya lo no necesitaríamos más, dado que nuestro Banco Central pasaría a ser la FED (Reserva Federal de los EE. UU.).

Es decir que la totalidad e integralidad de las operaciones comerciales, financieras y cambiarias se deberían realizar en dólares estadounidenses en lugar de pesos y con un Banco Central ajeno.

La teoría de la dolarización es propuesta, no solo por los legos, sino también por aquellos economistas que piensan que la inflación en nuestro país proviene, como condición excluyente, de una causal monetaria.

Esto significa que, según esos pensadores, son los pesos los que infectan a la economía trasladando esa infección a los precios.

Ergo, según ellos, el remedio que se debe utilizar para combatir este mal es la astringencia en la emisión de dinero y la elevación de la tasa de interés.
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En el boletín del BCRA del 24-10-1996, surgen los siguientes datos:

País PBI en us$ mill. M2 en us$ mill. Relación de monetización

Japón 4.704.000 5.428.414 115.40%

Francia 1.567.000 1.059.388 67.60%

Inglaterra 1.034.000 1.001.920 96.90%

Argentina 280.000 53.800 19.20%

Tasa de inflación anual en 1996

Japón 0.61%2

Francia 1.66%3

Inglaterra 2.20%4

Argentina 1.60% en costo de vida y 6,00% en mayoristas5

Las conclusiones que surgen de estos datos es que la emisión monetaria, por sí misma, no genera inflación.

Véase el caso del Japón: había 15,40 puntos porcentuales más de moneda que producto bruto.

De acuerdo con la teoría que la emisión es causa de inflación, allí debieron estar en una hiperinflación, no obstante, la misma solo fue del 0.61%.

Inglaterra presenta tanta moneda circulando, en esa época, como producto bruto, no obstante la inflación solo fue de 2.20%.

Argentina, en plena era de convertibilidad, con tan baja emisión monetaria, de 19.20%, tuvo un nivel igual o superior de inflación que el resto de los países analizados que tuvieron una elevadísima emisión.

Argentina, de acuerdo con la teoría expuesta, debería tener 0,00% de inflación, sin embargo en 1996 el costo de vida estuvo en 1.6% y los precios mayoristas en 6,00%.

En la época actual, desde el 31-12-2018 hasta el 31-08-2019, la base monetaria se contrajo en 8,00%.

De acuerdo con los que exponen la teoría de la dolarización ello debería dar como resultado 0,00% de inflación, no obstante, la misma creció 31.40%.

¿Dónde está el sustento científico que la emisión monetaria es la única causa de la inflación?.

Con esto queda demostrado que no necesitamos dolarizar la economía para calmar el impulso de los precios, dado que si la dolarizáramos y no atacáramos las causas reales, que son estructurales6 y no monetarias, la inflación seguiría aumentando igualmente, pero ¡en dólares!, lo cual nos pondría en un nivel de incompetencia con el resto del mundo y con serios problemas en nuestra balanza de pagos.

La imposibilidad de no poder contar con la herramienta devaluatoria para reencontrar el equilibrio entre los sectores interno y externo conduciría a nuestra economía a una situación de paro, despidos y creciente endeudamiento externo.

El epistemólogo y gran maestro de la filosofía de la ciencia Karl Popper siempre sostuvo que, un solo hecho contradictorio que surgiera del testeo observacional destruiría la teoría y derribaría las hipótesis.

En rigor, con los datos expuestos, ha quedado demostrado que existen varios hechos contradictorios, motivo por el cual la teoría y sus hipótesis han quedado destruidas cual si fueran un castillo de naipes.

Ahora bien, supongamos, por un momento que dolarizamos la economía, veamos sus consecuencias en los siguientes puntos:

1) A partir de una fecha determinada, comenzamos a utilizar dólares emitidos por la FED de los EE. UU. en reemplazo de los pesos emitidos por el BCRA.

2) A partir de ese momento, la economía Argentina, tal como rezan los enunciados de Meyer Amschel Rothschild y James A. Garfield, introductorios de este trabajo, la misma pasaría a estar gobernada y dirigida por los EE. UU.

Pero a su vez los EE. UU. están gobernados y dirigidos desde la FED por los principales y poderosos financistas internacionales, eso significa poner a nuestro país a merced de estos poderosos integrantes del poder mundial. En buen romance, ¡a prepararse para ser esclavos del poder del dinero! En el Diario La Nación del 13/09/2019, el economista Daniel Artana nos recuerda que Argentina adoptó un régimen parecido al de la dolarización con la convertibilidad. La inflación desapareció, pero cuando Brasil depreció su moneda en 1999 y los precios de nuestros productos transables bajaron, era necesario devaluar el peso para mejorar el tipo de cambio y se terminó abandonando el régimen del 1 a 1.

3) Las decisiones sobre política monetaria, es decir, emisión o contracción de la masa monetaria, tasa de interés y devaluación, al estar gobernadas por la FED y no por nuestro Banco Central, se tomarán en función de las necesidades económicas de los EE. UU., las que no son las mismas que las de Argentina.

Pero sus decisiones se trasladarán a nuestro país por el hilo conductor del billete dólar, tal como la electricidad se conduce a través del cable de cobre.

Dado que las economías de ambos países son asimétricas, la nuestra no tiene punto de comparación con la del país del norte, entonces si la causa de la inflación en Argentina, tal como fue demostrado más arriba, no es monetaria sino estructural, nuestro país va a seguir teniendo inflación, ¡pero en dólares! y va a necesitar una devaluación que EE. UU. probablemente no necesitará. La pregunta es ¿Cómo podría la Argentina convencer a la FED de que devalúe el dólar? 

Aquí encontramos un obstáculo importante que lesionará nuestra soberanía, pues nuestro banco central habrá sido cambiado por el de los EE. UU. y serán ellos los que dictarán los ritmos devaluatorios, las emisiones monetarias y las tasas de interés de Argentina. 

¿No estaríamos saliendo de la sartén para meternos en el fuego?. 

¿Alguien que tenga más de dos dedos de frente, dejaría en manos de un rico y poderoso señor que vive a 10.000 kilómetros de su casa tomar las decisiones que tendrán efecto sobre el bienestar de su familia y su futuro como ser humano?. 

Si tenemos una Constitución Nacional que ha adoptado el sistema federal de gobierno, porque reconoce que cada provincia tiene condicionamientos locales que le son propios. ¿Cómo vamos a admitir depositar nuestra soberanía monetaria en las emisiones que realiza un país tan lejano y con una cultura y tradiciones diferentes al nuestro?.

4) Al tener una economía dolarizada, los depósitos bancarios se harían en dólares y los bancos los prestarían bajo el conocido sistema de los encajes fraccionarios que crean dinero de la nada a partir del multiplicador que se aplica en la relación que existe entre los depósitos y los préstamos. 

De esta forma, en nuestro país los bancos estarían creando dólares. Billetes verdes que solo existirían en los almacenamientos informáticos de las computadoras que llevan la contabilidad de los bancos. En algún momento ello llevaría al modelo instaurado a que existan más dólares virtuales que físicos y estos últimos no alcanzarían a devolver los depósitos a los ahorristas, lo que provocaría una indisponibilidad de los depósitos bancarios (corralito financiero) con imposibilidad de devolución porque ya no tendríamos un Banco Central que fabricara moneda y habría que pedirla prestada a los EE. UU. incrementando no solo la deuda externa, sino también nuestra dependencia cada vez mayor con ese país.

El corralito no es un invento de exclusividad argentino, en Andorra ya conocieron sus efectos (una crisis pone a Andorra al filo del precipicio, Diario La Nación del 9/4/2015); Grecia lo conoció en 2015 y Chipre en 2013:

5) Si entráramos en guerra con los EE. UU., como alguna vez lo hicimos con Inglaterra, aquel país no necesitaría apuntarnos con misiles para obtener nuestra rendición, solo restringiría la cantidad de moneda que nosotros podríamos necesitar para no frenar nuestra economía. Es decir que, con un simple apagado de la máquina impresora, los EE. UU. ganarían la guerra sin disparar un solo tiro. 

Dicho de otra manera: Quien domina y controla la emisión de dinero, esto es, quien tiene el poder de determinar la cantidad de dinero que
debe circular en la economía de un país, sin duda alguna tendrá el poder de dominar a ese país. Si se decide que exista un florecimiento de la economía, el camino es fácil, consiste en bajar la tasa de interés y emitir moneda, decisiones que, con la dolarización no la tomará el BCRA sino la FED. 

En cambio, si se decidiera enfriar el modelo, a tal punto que se genere una recesión, la medicina es subir la tasa de interés y contraer la base monetaria (ausencia de moneda).

Este problema ya lo vivimos en el 2001 cuando los bancos no pudieron devolver los dólares a sus legítimos depositantes porque existía una masa en esa moneda solo en forma virtual.

Si esa decisión la tomara la FED, lo haría pensando en buscar una solución a los problemas de EE. UU., los que probablemente no coincidirían con los nuestros.

6) Los que sostienen la teoría de la dolarización aman la dureza de la moneda norteamericana, pero…a esa moneda, ¿Acaso la sostiene la fortaleza de la economía de ese país?. El mismo tiene más deuda externa que producto bruto, un consumismo y un abrumador gasto militar que mella la estructura de su presupuesto público. 

Sus industrias se fueron a vivir a China lo que obliga a importar productos que antes fabricaba, motivo por el cual su balanza comercial padece los problemas de insuficiencia monetaria. 

Entonces, si la economía no sostiene al dólar ¿dónde encuentra la moneda yanki su sostén?. La respuesta es muy sencilla: ¡en la séptima flota! El dólar se sostiene por el poderío militar que lo defiende y, para los que no crean en este aserto, miren lo que le pasó a Saddam Hussein cuando decidió vender el petróleo de su país prefiriendo los euros en lugar de los dólares. 

Si los EE. UU. entrasen en guerra con China (un escenario muy probable), y los chinos salieran victoriosos ¿qué actitud van a tomar los dolarizadores, se van a convertir en yuanizadores?.

7) A partir de la dolarización, no solo mantendríamos los problemas de inflación estructural que la misma no podría solucionar, sino que, además, se nos agregarían los problemas importados del país emisor (EE. UU.), los que vendrían a aterrizar en nuestro país por el hilo transmisor de su moneda que, a partir de la dolarización, también pasarán a ser los nuestros. 

Es decir que tendríamos su moneda y también sus problemas.

8) Nuestro país dejaría de ser una república soberana e independiente, para ser tratados igual que Puerto Rico, como una colonia dominada por el emisor monetario. La facultad soberana del señoreaje ya no sería nuestra, sino de los EE. UU. 

De suceder esto, San Martín y Belgrano no dejarían de dar vueltas en sus tumbas.

El caso europeo, en la zona común de libre comercio, es totalmente emblemático para tomar un conocimiento semejante al de la dolarización.

Algunos países europeos se han adherido a una moneda única: ¡el euro!, motivo por el cual han tenido que resignar las monedas que antes emitían. Vg. España la peseta, Francia el franco, Italia la libra, Alemania el marco, etc.

La única diferencia es que es una moneda nueva y no resulta emitida por un Estado extraño.

Pero no solo han resignado sus monedas, sino también sus bancos centrales, dado que ahora todos esos países dependen únicamente del Banco Central Europeo con sede en Bruselas.

El problema es que se han adherido países con economías asimétricas.

Por ejemplo, Grecia que pertenece a la eurozona tiene elevada deuda externa y déficit fiscal con una economía de producción primaria, excepto la histórica industria naviera y el turismo.

En la misma zona está Alemania que no padece de los fuertes déficits y deudas que Grecia, y posee, a diferencia de ese país, un potencial industrial envidiable; ergo, Grecia necesita de una devaluación que Alemania no necesita, y este último país se opone firmemente a una devaluación porque le incorporaría a su economía un proceso inflacionario, es por lo que el Banco Central Europeo le retacea a Grecia la posibilidad de recomponer su equilibrio interno con el externo porque Grecia ha resignado (al no tener Banco Central propio) la posibilidad de ajustar su tipo de cambio.

Y es también por eso que la eurozona vive en una crisis permanente.

Si alguien busca pruebas, además de la crisis de la Eurozona del 2007 y siguientes, ahí va otra: 

En el Diario La Nación del 13 de setiembre de 2019, página 6, consta el siguiente título: “El Banco Central Europeo lanza medidas para estimular la economía” y, en el texto dice: El Banco Central Europeo adoptó una serie de medidas financieras para aliviar la situación en la Eurozona y pidió a los gobiernos de la región asumir sus responsabilidades sobre el gasto público…

En este escenario Draghi (presidente del Banco Central Europeo) dijo que si bien el riesgo de recesión es bajo, el mismo ha ido en una senda creciente y anunció que el Banco Central Europeo retomará el programa de compra de deuda (a los bancos) como mecanismo monetario para estimular los mercados.

También habría que analizar el motivo real por el cual Inglaterra y Suiza no han adherido al sistema de moneda común y siguen utilizando sus propios bancos centrales como organismos monetarios con autoridad de emisión, de control de tasas y de paridades cambiarias.

No podríamos imaginarnos a esos dos países amantes de lo rentístico y, en el caso puntual de Inglaterra, creador del segundo Banco Central más antiguo del mundo y heredero de las herramientas financieras lombardas del norte de Italia, como la tasa de interés compuesto, por ejemplo, resignando su soberanía monetaria a favor de un Banco Central ajeno a su poder decisorio.

Ellos fueron los cultores y desarrolladores del sistema, no lo van a regalar.

Entonces, si las causas de la inflación no son monetarias, sino estructurales, la solución no es la dolarización, sino la corrección de esas causas, para lo cual no necesitamos incorporar la moneda de otros países, so pena de introducir un Alien en nuestra economía.

En base a lo expuesto, bien podemos decir juntamente con el economista francés Michel Aglietta: “El dinero es una cuestión de soberanía”, o bien, tal vez se cumpla la Alien, el octavo pasajero, película de ciencia ficción, dirigida por el cineasta británico Ridley Scott y estrenada en 1979, que relata la forma en la cual un monstruo del espacio exterior se introduce en el cuerpo de un humano alimentándose de sus vísceras y causándole la muerte.

Profecía como alguna vez escribió el argentino Dr. Julio C. González: “La Argentina es un país musical, porque tiene un himno, es cromático, porque tiene colores en su bandera, pero no es soberano, porque no tiene moneda”.

Después de analizar estos razonamientos, podemos perdonar a los legos que hablan de economía como si supieran, pero parece mentira que algunos economistas de profesión sostengan la necesidad de una dolarización para dar solución a los problemas de inestabilidad monetaria de la Argentina, tal vez estemos en presencia de una novedosa teoría monetaria: “El Idiotismo Ilustrado”. Dr. Carlos Alberto Ragonesi.

“De nosotros depende”.

somoslatransicion@gmail.com

https://www.pablogobbi2023.com/

PABLO GOBBI pre-candidato a Presidente por "SOMOS LA TRANSICIÓN".



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Artículo revisado: “El idiotismo ilustrado o la Dolarización de la Economía": Clasificación: 5 Revisado por: Cadena Noticia Sur