Finalmente y en el último minuto del alargue, la Academia venció por 2 a 1 al Xeneize en una final inolvidable y que quedará en la historia del fútbol argentino por lo caliente e insólito.
Es que se terminó antes porque Boca se quedó con seis jugadores: Villa, Varela, Advíncula, Zambrano, el pulpo González, Fabra y Benedetto vieron la roja.
Y además su entrenador Hugo Ibarra.
Por su parte, Racing concluyó con ocho futbolistas: fueron expulsados Carbonero, Alcaraz y Galván.
Se vivió y se jugó como un superclásico y el árbitro Facundo Tello no perdonó y debió meter constantemente la mano en su bolsillo para echar jugadores del verde césped.
Fue un partidazo por las ocasiones generadas de ambos lados (terminaron 1 a 1 en los 90 por falta de puntería en la definición) y por la entrega.
De hecho, tras el gol de Briasco, a los 18 minutos del primer tiempo, reaccionó rápido: Matías Rojas empató el partido apenas tres minutos después con un bombazo, aunque no muy esquinado y que tuvo complicidad de Agustín Rossi, quien no puso muy firme sus manos.
Carlos Jonás Alcaráz lo definió de cabeza.
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