Su padre era militante socialista y le agradaba concurrir acompañado por su joven hija Nélida a las primeras charlas que ofrecía el entonces coronel "Juan Domingo Perón", que desde su Secretaría de Trabajo había logrado el acercar a destacados dirigentes gremiales de aquel partido.
Nélida ingresó como empleada en el Instituto Malbrán y ya alumbraban en ella los sanos principios de reivindicación y dignificación de los trabajadores, por lo que ansiaba realizarse trabajando y estudiando.
Cuando se produjo el hecho revolucionario del 17 de octubre de 1945, Nélida y algunos de sus compañeros de tareas abandonaron su trabajo y se sumaron a una columna de trabajadores gasistas que con una bandera argentina iban camino a Plaza de Mayo en reclamo de la libertad de Perón, detenido en la Isla Martín García.
Al día siguiente, enterados sus superiores en el Malbrán la castigaron: la sacaron de las oficinas para mandarla a trabajar al serpentario.
Aceptó la sanción pero transcurrido algún tiempo lo comentó con otra compañera que tenía llegada al Dr. Ramón Carrillo, quien luego del triunfo de Perón en las elecciones del 24 de febrero de 1946, con la asunción del nuevo Gobierno el 4 de junio, fue designado como Ministro de Salud de la Nación.
Enterado del motivo de la represalia, Carrillo convocó a Nélida y al ver su firme actitud militante la presentó en la Secretaría de Eva Perón, ubicada en Perú 130, donde hoy funciona la Legislatura porteña y entonces el Concejo Deliberante.
Ni el Ministro ni menos Nélida tuvieron que explicar nada: Evita ya conocía su caso y desde ese momento fueron grandes amigas.
Cuantas charlas con Nélida y cada vez que recordaba a EVITA, sus ojos se llenaban de emoción y alegría.
Hasta la vuelta COMPAÑERA!!!.
me hubiera gustado saber que hubiera dicho evita, al ver a su secretaria inaugurando un monumento a peron, con el mas alto antiperonista de los ultimos tiempos como Mauricio macri
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