Cuando el 30 de octubre de 1983 los argentinos acudíamos a las urnas, para algunos fue nuestro primer sufragio, pero para todos significo el derecho a poder elegir, que no es poca cosa.
El gran ganador fue, que "Raúl Ricardo Alfonsín" debía hacerse cargo de un país que hacía poco más de un año había salido de una guerra, económicamente destruido, que también tenía heridas abiertas, esas sí que eran grietas verdaderas, las que se habían producido por desencuentros que algunos decidieron resolver con las armas.
El nuevo PRESIDENTE electo, el que fundo las bases de esta DEMOCRACIA, que llegó para quedarse, cumplió con cada uno de sus propósitos, pero fuimos los argentinos los responsables de no haber logrado los resultados esperados, tenemos un sistema que nos permite elegir a los mejores, que de hecho no siempre lo hacemos y los resultados están a la vista.
Parece mentira que hayan pasado 37 años y solo conservamos el derecho a votar, basta recordar ese rezo laico que aquel 1983 el "Padre de la Democracia" nos convocaba y recordaba… que marchamos, que luchamos… para constituir la "Unión Nacional", afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer la defensa común , promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino.
Tenemos una tarea inconclusa enorme, que depende de todos, estamos a tiempo, defender la división de poderes, la libertad de prensa, el estado de derecho son las condiciones innegociables para terminar la tarea que todos los argentinos de bien nos merecemos.
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