Estos conceptos más allá de tener diferencias entre si, son complementarios.
Soberanía alimentaria podría definirse como el DERECHO de los PUEBLOS a definir su política agraria y alimentaria donde no se debe permitir competencia desleal o venta por debajo del precio normal que busca eliminar con esas practicas la competencia y dominar el mercado.
Para lograrla es necesario la intervención del ESTADO y sus políticas publicas.
Debe ser abordada desde una economía solidaria donde alimentación-ética-derecho deben ser parte intrínseca de dicho abordaje.
Por ende, debemos dejar de lado la idea que el alimento es solo otra pieza mercantilizable en donde se impone el agronegocio internacional.
Es una alternativa a las políticas neoliberales y es a través de políticas que desconcentren el sistema agroalimentario y que permitan nuevos modelos de producción, así como de demanda.
Más allá de como lo logremos desde cada PAÍS, el debate debe ser un debate de lo agrario internacional.
Que incluirá un comercio internacional justo.
Que no es estar en contra del intercambio internacional, sino dar un nuevo marco para ese intercambio donde el punto clave es la prioridad dada a las exportaciones.
No es ni más ni menos que entender y garantizar el derecho a la alimentación como un "Derecho Humano Básico" garantizado a la población.
Esto significa, que una cosa son los alimentos en el mercado y otra los alimentos en la mesa.
Debemos dejar atrás en definitiva el neoliberalismo o la mano invisible del mercado que termina destruyendo la soberanía alimentaria ya que prioriza el comercio internacional mercantilista y con el generar un incremento de la dependencia de importaciones agrícolas que fomenta solo una industrialización de la agricultura y atenta contra (por ejemplo) el patrimonio genético, cultural y medioambiental que además abandona practicas agrícolas tradicionales generando como resultado éxodos rurales.
Debemos abandonar estas políticas dictadas por los intereses de empresas transnacionales y grandes potencias con organismos como la OMC o acuerdos de libre comercio que en definitiva solo permiten que sean estas empresas las que controlen el mercado globalizado de la alimentación, que además estas políticas quitan valor, amenazan y terminan eliminando sus forma de vida.
El concepto SOBERANÍA no es confuso ni debe interpretarse como un concepto de autonomía y autosuficiencia y no solo debe ubicar bajo un esquema de economía cerrada, sino que lo que se busca es cambiar la forma de distribuir los ALIMENTOS.
Donde se acepten tanto la agroindustria, la industria orgánica y la industria biológica.
A donde se debe garantizar la estabilidad de los precios agrícolas a escala internacional a través de acuerdos internacionales donde las asimetrías sean comprendidas y compensadas.
Donde apuntemos en un sentido de lograr acuerdos y alianzas entre pequeños y medianos productores, generar redes internacionales que los agrupen.
Donde se deje de lado el comercio que solo le otorga poder a las corporaciones, las que además se desligan de su responsabilidad por sus acciones, cuando estas atentan contra la sustentabilidad y el medio ambiente incluido desde ya, el calentamiento global.
Por lo tanto, lo que si debemos es concientizar y lograr que los GOBIERNOS apunten a políticas solidarias, donde cambien la forma del sistema agrario y alimentario, y que no lo determine ni el mercado ni el capital.
¿CÓMO?:
Con sistemas localizados y regionalizados de producción y cosecha, donde se aseguren derechos como el uso, gestión y acceso a la tierra, al agua, a las semillas no facilitando que se patenten bienes comunes, a la biodiversidad (no apuntar a un monocultivo).
Implementar ayudas públicas a los interesados, siempre que no terminen siendo directa o indirectamente a exportar a precios bajos.
Complementariamente, ayudará a reducir el trabajo esclavo y la explotación, garantizando ingresos dignos.
Esto no es ni más ni menos que revalorizar a quienes son los verdaderos proveedores de los alimentos.
Además de facilitar el acceso al "Crédito Productivo".
Los alimentos deben tener facetas:
Disponibilidad (oferta/producción), acceso no solo para producirlo sino también para comprarlo y como utilizarlos, donde la cultura sea tenida en cuenta y entendiendo que cada una de estas facetas deben actuar en simultaneo, no aisladas.
A su vez, debemos maximizar las contribuciones de los ecosistemas.
Rechazar las privatizaciones de los recursos naturales, sea a través de leyes contratos etc.
Donde la investigación y los avances científicos rechacen tecnologías que amenacen y contaminen.
Donde se asegure el acceso y a esos productores locales a sus propios mercados locales.
El objetivo que se busca es en definitiva una alimentación suficiente, saludable y culturalmente apropiada y la SOBERANÍA ALIMENTARIA es el camino.
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