EDITORIAL, "la pelota en campo de la UCR? y Macri en caída libre":

Los tiempos políticos se ajustan.

Llega la hora de definir las apetencias personales pero también la hora de mostrar grandeza y patriotismo.

Como se dijo alguna vez llegó el momento de ser cabeza de ratón o cola de león.

Pertenecer a un proyecto superior o perderse en planteos cuasi personales que nunca suman.

La Argentina, casi es una verdad de perogrullo, atraviesa uno de los momentos más críticos de la historia. Un Gobierno perdido en su propia incapacidad y aliados alienados centrifugados en el torbellino que se genera en los saltos de circo de un grupo que confundió gobernar con tejer mañanitas (por ser amable).

En ese juego, este Gobierno de Ceos especializados, profundizó la grieta abierta por el Gobierno anterior cuando ensoberbecido con aquel 54 % dijo “Vamos por todo”.

Y en esta grieta Peronistas y antiperonistas, clase media y clase desclasada, radicales y socialistas, comerciantes y consumidores, todos pero todos... todos estamos boqueando para que las aguas servidas no nos ahoguen.

Hubieron algunos radicales que creyeron que Macri ponía coto a la locura Kirchnerista pero terminaron cociéndose en esa misma salsa, con el agravante que terminaron apoyando un Kirchnerismo mejor perfumado pero igual de negativo para el país.

Otros radicales se opusieron con poca prensa.

Otros radicales saben que su futuro como partido centenario, republicano y democrático depende de que el 27 de mayo en la Convención que los legitima impongan el criterio de que hay que salir de la grieta, a como de lugar por el bien de la Patria.

CUESTA ABAJO EN LA RODADA…:

A diferencia del tango, Macri arrastra todo, bueno y malo, hacia el abismo propio del infierno del Dante.

Ignorante por donde se lo mire el gorilismo PRO creyó que le bastaba algunas consignas de fácil repetición para ser el único dueño de una Argentina apetecida por sus riquezas naturales.

Pobreza Cero, bajar la inflación, créditos de todo el mundo, inversores a granel, etc., todas consignas que se harían realidad al compás de Gilda cantada sin mucha afinación por la vicepresidente.

Al igual que antes con Cristina, voces entusiasmadas se atrevieron a decir “ganamos y mandamos” haciendo referencia a aquel “armen un partido y ganen las elecciones”.

Con todos los records para atrás, a tres años y medio de gestión mediocre y genuflexa a los organismos internacionales, el mismo Durán Barba (gran responsable del genocidio) recomienda que para preservar la gobernabilidad hay que generar consensos.

Consensos que por supuesto resulten del acatamiento de los puntos establecidos por el mismo Gobierno que pide auxilio. Siempre habrá idiotas que muerdan el anzuelo.

El consenso hace difusa la culpa y siempre habrá una propicia herencia que justifique el beneficio de inventario. Y hablamos de genocidio porque no existe otra manera de describir el resultado de los desastres económicos, sociales e institucionales que todos padecemos, pero los más pobres mucho más.

A pesar de que Lilita se haga la pelotuda para justificar los horrores que ya son inocultables, esto no puede ser menos que juzgado como genocidio.

Cuando el fracaso de los precios esenciales es de público y notorio, cuando el ciudadano medio comprende que otra vez fue estafado, la usina de fabricar “sensaciones” lanza la necesidad de generar consensos, pero al revés de aquel encuentro en “NINO” o el abrazo “Perón Balbín” estos se encierran en el cuarto de baño y sentados en el inodoro mandan mensajes a los presuntos “cómplices” para aparentar que Macri se desvive por los argentinos.

Recordemos que enterado por los medios, Roberto Lavagna dijo de inmediato “esto es marketing”, utilizando un lenguaje elegante.

Massa que siempre estuvo dispuesto a congeniar salió enojado porque se entera por whatsApp, y el Kirchnerismo, que en principio, ni siquiera fue avisado, están muy enojados por la ninguneada pero mucho más porque saben que sin consenso no habrá futuro Gobierno.

Por todo esto resulta interesante tener en cuenta lo expresado formalmente por "Roberto Lavagna" en algunos de los 10 puntos elevados a la consideración pública.

Sin perjuicio de explayarme sobre el total del documento, a modo de síntesis creo que hay algún punto que puede ser tomado como insoslayable a la hora de analizar el grave momento que vivimos.

Dice el documento:

“Después de años de desencuentros entre los argentinos y de políticas que han provocado un enorme deterioro económico y social, así como un retroceso del país en el concierto de las naciones, un conjunto de organizaciones políticas, sociales, sindicales, empresariales y de personas, preocupados por el futuro de la Nación, y dispuestos a contribuir al propósito de una firme recuperación, elaboraron los siguientes “Lineamientos para un Gobierno de Unidad Nacional”, basado en preceptos profundamente humanísticos, apuntados al desarrollo para alcanzar un estado con justicia y prosperidad”.

Iniciando de este modo una propuesta que de ser tomada seriamente por el conjunto podría alumbrar el camino de una salida sin tanto dolor.

A Macri se le termina el cuento de que lo que el equipo mas exitoso hace “es el único camino”.

Un Gobierno de consensos es justamente un Gobierno de diálogo superador donde para un argentino no habrá nada mejor que otro argentino, debatiendo las curiosas doctrinas clasistas de derecha o izquierdas desde la plena convicción de que nadie se realiza en una Argentina que no se realiza.