Rosanna Inés Falasca “Chany” (apodo que le puso su madre) y así la llamaron sus mejores amigos de la infancia, nació un 27 de abril de 1953 en Humboldt, provincia de Santa Fe.
Por sus venas corría sangre italiana, por parte de su padre, Ado Falasca (sastre y cantor), y suiza-alemana por parte materna, Paula Theler.
“Chany” fue la tercera de seis hijos, y creció en un hogar donde la música era un estilo de vida.
Cuando cumplió sus diez años, y en una reunión familiar se animó a entonar una canción que sorprendió a todos por su magnífica voz.
Su papá enseguida preparó cuatro canciones y la hizo debutar como cantante en su grupo musical que comenzó a llamarse (Adito y Chany), en el cual la niña hacía dúo con su hermano.
De allí en adelante vendrían las giras por pueblos vecinos, y las actuaciones en programas radiales y televisivos.
Le gustaba la música moderna, la filosofía oriental y practicar yoga.
Más tarde pasaron los límites de la provincia y llegaron a Entre Ríos y Córdoba.
En cada escenario la talentosa y bella jovencita se ganaba el cariño y admiración de la audiencia.
Fue en una de esas presentaciones que realizó junto al grupo Adito y Chany en Rafaela (Santa Fe) cuando un productor que la escuchó le propuso a su padre que la llevara a probar suerte a Buenos Aires.
Cuando llegó acompañada de su papá a Buenos Aires, tenía 16 años y comenzó a cantar en un café concert del barrio de San Telmo.
Rosanna tenía repertorio melódico, asimismo su progenitor la anotó para participar en el programa televisivo "Grandes Valores del Tango" que buscaba talentos jóvenes, en esos años conducido por el recordado Juan Carlos Thorry.
Conocía solamente dos tangos y decidió concursar cantando "Madreselva", que luego se convertiría en uno de los primeros en grabar de manera profesional y que la llevaría al éxito.
Ganó la primera ronda y deslumbró al público y productores, que decidieron sacarla del concurso y hacerla parte del staff profesional con un contrato por cuatro años.
Con tan solo 17 años, grabó su primer disco, “Todo es amor”, placa que incluía “La canción de Buenos Aires”, “Uno”, “Malena”, “Sus ojos se cerraron”, “Más solo que nunca”, “Todo es amor”, “Balada para un loco”, “Padre nuestro”, “Rondando tu esquina”, “Un día te diré” y “El último acto”, “Madreselva”.
Cuando cumplió 18 años, bautizada por el público: "Princesa del Tango", realizó una presentación en Uruguay que dio inicio a las giras internacionales que la llevaron a recorrer el continente, especialmente Centroamérica.
Su figura esbelta, alta, pelo rubio y lacio, de ojos claros, con una carita agradable, despierta la atención y llega el momento de debutar en el cine.
Participa en la película “¡Arriba juventud!”, dirigida por Leo Fleider, y la actuación de Noemí del Castillo, Fidel Pintos, Eddie Pequenino y Vicente Rubino, con música de Sandro, Oscar Anderle y Francisco Canaro.
Dos años más tarde participó en “Siempre fuimos compañeros”, junto a Donald, Hugo del Carril, Fernando Siro, Irma Roy y Vicente Rubino.
En 1976, cerró su etapa actoral con “Te necesito tanto, amor”, dirigida por Julio Saraceni, y un elenco integrado por Elio Roca, Elizabeth Killian, Nelly Panizza, Jorge Barreiro y Rodolfo Ranni.
Es contratada por el sello Emi-Odeón y graba con la orquesta del maestro Raúl Garello, dejando registrados varios tangos clásicos, entre estos: “El último organito”, “Pero yo sé”, “La última curda” y “Nostalgias”.
Con la empresa discográfica Polydor graba sus dos últimos larga duración con el acompañamiento de Orlando Trípodi dirigiendo su orquesta y su cuarteto, registrando diez obras que fueron magníficamente interpretadas reflejando la justa madurez y el definitivo estilo, destacándose entre otros, “Los pájaros perdidos”.
Su última presentación fue en el año 1982 en el programa televisivo “La Botica del ángel”, conducido por Bergara Leumann.
El 7 de noviembre de 1982 le detectaron un cáncer y fue intervenida de inmediato.
Los rumores sobre la salud de la consagrada joven cancionista comenzaron a circular y ella se vio obligada a desmentirlo en una entrevista: "No tengo cáncer", aseguró.
A principios de 1983, Rosanna fue trasladada por su novio junto a su familia a una quinta en Don Torcuato para ayudarla a recuperarse, pero la agonía comenzaba.
La maravillosa voz de Rosanna se apagaba lentamente y sus bellos ojos celestes miraron el cielo por última vez el 20 de febrero de 1983, tenía apenas 29 jóvenes años.
Fue despedida por una multitud que acompañó sus restos hasta el panteón de actores del cementerio porteño de la Chacarita donde permaneció hasta abril de 1995.
Su familia solicitó trasladar sus restos a un mausoleo levantado para ella en el cementerio de su pueblo natal Humboldt.
En la actualidad una calle de su ciudad lleva su nombre.
Me despido de todos ustedes hasta el próximo encuentro, dejándoles un cordial saludo TANGUERO.
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