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lunes, 29 de abril de 2019

El recomendado de la semana, "Manuel Serafín Pichardo":


Manuel Serafín Pichardo (1865-1936).

Ilustre poeta y periodista cubano. Destacado intelectual con una vasta obra artística y cultural. 

Fue Consejero de la Legación de Cuba en Madrid.
Nace en Santa Clara, radicado desde la juventud en la capital cubana. Cursó la primaria en su ciudad natal. 

Se doctoró en Leyes en la Universidad de la Habana. Fue delegado suplente a la Convención Constituyente de Cuba y desempeño varios cargos en la administración de su país. 

Pasa luego a la carrera diplomática con el cargo de Primer Secretario de la Legación en Madrid, pasando luego a ser su Consejero.
Periodista brillante, culto y emprendedor. Fundó y dirigió en La Habana la revista "El Fígaro", fue redactor literario de los diarios cubanos "La Iberia", "El Radical" y "La Lucha", colaborando también en las principales revistas de España y América.
Creó y presidió la Asociación de la Prensa de Cuba, era miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, la Academia Cubana de la Lengua (creada por iniciativa suya), la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz, etcétera. 

Trabajó como Secretario General de la Comisión Internacional de Tecnología y Bibliografía, de Madrid. 

Obtuvo condecoraciones de Francia e Italia. Al morir ocupaba el cargo de Consejero-Ministro de la Embajada de Cuba en Madrid. Utilizó el pseudónimo "El Conde Fabián".
"Manuel Serafín Pichardo" escribió a comienzos de la República el soneto "Soy cubano", que gozó de una popularidad enorme. También escribió los poemas "Cuba a la República" y "Canto a Villaclara".
Murió de muerte natural a los 74 años.

Traza en estos versos, con rasgos vigorosos y precisos, el retrato físico y moral del negro que termina de salir de la esclavitud.


EL ÚLTIMO ESCLAVO:
Recia espalda y anchurosa,

Corta frente, cuerpo bajo,

Y la pasa entrecanos.

Como gris espumarajo.

Tez abrupta, sin perfil,

Cual escamoso terrón

Donde blanquea el marfil

En la grieta del carbón.

Vino en un barco negrero,

Del África occidental,

Y lo atezó más el fiero

Toque del sol tropical.

Cual profundos arponazos,

De la esclavitud testigos,

Muestra en tobillos y brazos

Las huellas de sus castigos.

Sin encono y sin piedad,

Cuando el cubano guerreaba,

Peleó por la libertad,

Sin saber por qué peleaba.

Y concluida la guerra,

Premiado con el desvío,

Y echado sobre la tierra

A la puerta del bohío,

Mientras tuerce a su manera

La vit la de un habano.

Y del café en la caldera

Tuesta el oloroso grano.

Desfilan ante sus ojos,

Por la vejez azulados.

Cual nostálgicos despojos

De tiempos nunca olvidados,

El verde cañaveral.

El trapiche y el batey,

Su verdugo: el mayoral,

Y su compañero: el buey,

Su tambor y sus verduras,

Su conuco y su machete,

Del cepo las herraduras

Y el herraje del grillete;

Sin que, en su antiguo gozar,

Nuevamente su alma vibre,

Y sin saberse explicar

¡La ventura de ser libre!!!.

Gracias como siempre y buena semana... hasta la próxima.



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Artículo revisado: El recomendado de la semana, "Manuel Serafín Pichardo": Clasificación: 5 Revisado por: Cadena Noticia Sur