Hace 36 años, más precisamente el 18 de enero de 1983 los Argentinos perdíamos a quien ejerciera la presidencia de nuestro país desde el 12 de octubre de 1963 por un corto período en el que los indicadores económicos mostraron una recuperación del salario real, la implementación del salario, mínimo vital y móvil, se logró la baja de la inflación, bajar la deuda externa en términos reales, del aumento en el presupuesto nacional de lo asignado a la educación (hasta ahora ningún Gobierno asignó un porcentaje tan alto), el aumento del PBI, hubo un ambicioso plan de alfabetización por el cual se llegó a tener 12.500 centros para dicha tarea, la anulación de los contratos Petroleros que iban contra los intereses nacionales.
Durante su Gobierno se requirió a los laboratorios de medicamentos que mediante declaración jurada informen los costos de producción, como así también los componentes de los productos farmacéuticos, todo esto debido a que se consideró los mismos a valores totalmente exagerados, pero este pedido nunca fue respondido, esto motivo a impulsar la Ley 16.462 también llamada LEY OÑATIVIA.
En materia de política Exterior se logró en la ONU la Resolución 2065, por la cual se obligaba al Reino Unido a negociar la soberanía de las Islas Malvinas.
A pesar de ser un Gobierno eficiente, el Gobierno del Presidente Arturo Umberto Illia, desde el primer día sufrió un acoso de la prensa que lo trataba de lento, al punto de llamarlo tortuga, también los sindicatos buscaron debilitar al Gobierno, lo hicieron mediante un sistemático plan de toma de fábricas con Augusto Timoteo Vandor como principal instigador y por otro lado las fuerzas armadas encabezadas por el Gral. Juan Carlos Onganía.
Seguramente fueron estos los sectores visibles que hicieron el trabajo activo y sucio para desprestigiar a un Gobierno que se había puesto del lado de los argentinos, pero hubo otros actores que desde las sombras instigaron ellos fueron los laboratorios de especialidades medicinales y las petroleras que buscaron la salida del Gobierno por la fuerza, hecho que se concretó en la madrugada del 28 de junio de 1966.
Allí en la Casa Rosada (dos días después) frente al escribano general de Gobierno el Presidente destituido dejó muestras declarando que sus únicos bienes eran unas pocas prendas de vestir, como así también dejar asentado que nunca uso los fondos reservados de los que dispone la presidencia y también renunció a la pensión por haber ejercido la presidencia.
De esa manera el ex Presidente Cordobés por adopción (había nacido en la ciudad de Pergamino el 4 de agosto de 1900), volvió a la ciudad de Cruz del Eje que lo había visto llegar en 1929 para ejercer su profesión de médico al servicio de los trabajadores ferroviarios, donde fue tan querido que el pueblo le regaló una casa, la única que tuvo en su vida.
Por suerte visité la casa del ex Presidente donde funciona un museo, ahí funcionaba su consultorio, donde hay numerosas placas y fotos, pero quiero rescatar una que que sus correligionarios de Cruz del Eje pusieron en la que dice:
"ARTURO U. ILLIA - UN SUEÑO BREVE, UN LEGADO INMORTAL".
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