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domingo, 9 de diciembre de 2018

Hoy nuestro permitido del alma... "Mario Benedetti":


En el mundo de las LETRAS... pasan cosas.

En nuestro mundo... pasan cosas.

Hoy les brindo una caricia entre tanta jungla del día a día.

Mario Benedetti: (1920-2009). 
Fue un destacado poeta, novelista, dramaturgo, cuentista y crítico, y, junto con Juan Carlos Onetti, la figura más relevante de la literatura uruguaya de la segunda mitad del siglo XX y uno de los grandes nombres del Boom de la literatura hispanoamericana. 

Su obra es tan prolífica como popular; novelas suyas como "La tregua" (1960) o "Gracias por el fuego" (1965) fueron adaptadas para la gran pantalla, y diversos cantantes contribuyeron a difundir su poesía musicalizando sus versos.

Aquí les dejó un cuento paradójico y una poesía alentadora.

El hombre que aprendió a ladrar aparece en el libro Despistes y franquezas, una compilación de cuentos y poemas publicada en 1989. 


El hombre que aprendió a ladrar.

Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar. 

No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar. ¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento?. Ante sus amigos se autoflagelaba con humor: "La verdad es que ladro por no llorar". 

Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación. ¿Cómo amar entonces sin comunicarse?. Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo. 

A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo. Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinás de mi forma de ladrar?". 

La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano".

No te salves:
“No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces no te quedes conmigo”.


Espero que lo hayan disfrutado, en un mes donde es bueno poner las barbas en remojo y despojarnos de odios y rencores!!!.



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Artículo revisado: Hoy nuestro permitido del alma... "Mario Benedetti": Clasificación: 5 Revisado por: Cadena Noticia Sur