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sábado, 10 de noviembre de 2018

Hoy recordamos al maestro "Juan de Dios Filiberto":


"El único gran factor para la música es tener sentimentalismo innato". 

Así se definía este gran creador de música criolla y dentro de ese género incluyó al Tango. 

"Oscar Juan de Dios Filiberti", su verdadero nombre, nacido en el barrio de La Boca un 8 de marzo de 1885 casi finalizando el siglo XIX.

Hijo de padres italianos Juan Filiberti y Josefa Rubaglio y biznieto del Brigadier Martín Rodriguez y una aborigen de nombre Ranquel.

Seguramente esta mezcla de sangre italiana y autóctona ejerció influencia en su producción musical dividiendo su corazón entre la ciudad y el campo.

Para él la palabra Tango era sinónimo de barrio, pero su primer obra musical fue el Tango “Guaymallén”, que más tarde lo grabara el recordado Eduardo Arolas, escrito en la ciudad homónima de la provincia de Mendoza.

Solía decir: 
“El indio, nieto de gringos inmigrantes, nada tiene que ver con el Tango, pero yo quería que mi primera obra llevase un nombre autóctono”.

Esta afirmación hecha por el autor revela su nativismo que manifestó en parte de su producción: “El pañuelito”, “El ramito” o el tan conocido “Caminito”.

El barrio que lo vió nacer y dónde vivió toda su vida, en ese entonces era un arrabal poblado de italianos, en especial genoveses y criollos, gauchos y gente de campo.

El arrabal era una línea que separaba la ciudad del campo y ambos se confundían en sus gustos y costumbres.

La misma música se destacaba a uno y otro lado y los ritmos tradicionales, llámense tonadas, estilos, huellas, triunfos, vidalas confluyeron en el espíritu creativo de Filiberto fusionándose con el Tango, que éste escuchó y mamó desde su propia creación.

Fue al colegio hasta los nueve años, su mala conducta le impidió continuar y tuvo que comenzar a trabajar. 

Fue aprendiz de varios oficios y cadete de comercio.

Un día consigue trabajo como ayudante de maquinista en el Teatro Colón y allí escucha y conoce la música de Beethoven a través de la novena sinfonía.

A partir de ese momento, y con veinticuatro años, se inscribe en el conservatorio para estudiar violín, teoría y solfeo.

Después estudió armonía y consiguió una beca para ingresar en el conservatorio dirigido por el maestro Alberto Williams, donde recibe clases de contrapunto, piano y guitarra.

Recién tuvo orquesta propia en 1932 y la llamó Orquesta Porteña, agregando a los habituales instrumentos tangueros, el clarinete, la flauta y el armonio.

Su orquesta fue parte del elenco de la primera película comercial sonora, “Tango”, donde se lo ve dirigiéndola con sus poses y movimientos tan particulares.

En octubre del año 1938, la municipalidad de la ciudad de Buenos Aires crea la Orquesta Popular Municipal de Arte Folklórico, y le ofrecen su dirección.

Esta formación tenía más de veinte músicos y dura hasta 1948. 

En ese año un decreto presidencial la sustituye por la Orquesta de Música Popular, con cuarenta músicos, continuando con la responsabilidad de dirigirla.

A partir de la dictadura militar que derrocó al Gobierno del presidente Juan Domingo Perón (en 1956), nuevamente le cambian el nombre por el de Orquesta de Música Argentina y de Cámara.
Fue muy amigo del gran pintor y muralista "Benito Quinquela Martín", que en otro momento merece que dediquemos una editorial en su nombre.

Don Quinquela fue quién le presentó a Coria Peñaloza.

Muchas obras del gran Filiberto que recorrieron el mundo con el mayor de los éxitos, las hizo con la colaboración de Gabino Coria Peñaloza, poeta, escritor nacido un 19 de febrero de 1895 en La Paz, Mendoza descendiente del célebre caudillo riojano General Ángel Vicente Peñaloza (El Chacho).

Todas fueron grabadas por Carlos Gardel: “El pañuelito”, “Caminito”, “La cartita”, “El besito”, “El ramito”, “La Vuelta de Rocha”, “La tacuarita”.


Coria alguna vez comentó:

"A Filiberto lo conocí en la vía pública, en Florida al 300, para más señas, bohemiamente, y me lo presentó Quinquela Martín allá por el año 1919 y entramos a colaborar al poco tiempo, como que “El pañuelito” es de 1920".

Cabe mencionar la historia del Tango “Caminito”: 
Filiberto en una reunión le dijo a Coria Peñaloza que tenía un Tango inspirado en sus caminatas por un sendero de La Boca mientras se dirigía a la Vuelta de Rocha y luego de tararearle varios compases le pidió a su amigo que compusiera los versos.

Gabino le contestó que tenía unos versos inspirados en un amor juvenil en Olta y se los recitó.

Les contaré esa hermosa historia de amor que está reflejada en los versos de este famoso Tango:

La localidad de Olta en La Rioja se encuentra bordeada por un río muy caudaloso que, en épocas de creciente la dejaban totalmente aisladas de las provincias de Mendoza y San Juan.

En un viaje a Chilecito don Coria fue sorprendido por esta creciente cuando iniciaba el regreso hacia Mendoza. Quiso amenizar su estadía en Olta visitando unos amigos y llegó a la casa de la señorita Filacelma Córdoba, que poseía un piano.

Cuando Gabino le solicita que ejecute alguna canción, la dueña de casa se excusa diciendo que desde que murió su hermana juró no tocar más el piano.

Para solucionar el problema llaman a una joven y agraciada maestra de nombre María que era profesora de música.

María y el caminito que llevaba a su domicilio, en forma de pendiente y cubierto de trébol y juncos en flor, fueron la fuente inspiradora del poeta.

Ambos vivieron un apasionado romance, pero la creciente cedió y el joven Coria emprendió el regreso a San Juan con la promesa de volver.

Regresó después de un año, pero María ya no estaba, su familia la había enviado a otra provincia ante el llanto desconsolado por la ausencia de su amado.

Así fue como Filiberto adaptó su música a la poesía de amor de Coria.

Fue el mítico barrio de La Boca el escenario dónde transcurrió la vida de grandes artistas como Don Filiberto.

Falleció un 11 de noviembre de 1964. 

A diez años de su muerte, y en su honor, nace la Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto” que fue dirigida, entre otros, por los maestros José Rosa, Osvaldo Requena, Osvaldo Piro y Atilio Stampone.

Nos vamos con una de sus frases:

“Mi música es muchas cosas juntas, pero sobre todo sentimiento. Claro que en arte no basta sentir, hay que saber expresar. El arte cerebral elaborado en frío, en base de técnicas rígidas y fórmulas hechas, no es de mi cuerda. Para mí la técnica es un medio y no un fin en sí misma. Las técnicas se aprenden, pero el fuego sagrado nos tiene que salir de adentro”, enfatizó el maestro.


Como si fuera un cuadro, como si fuera un acorde... les digo, será hasta la próxima historia amigos lectores!!!.




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Artículo revisado: Hoy recordamos al maestro "Juan de Dios Filiberto": Clasificación: 5 Revisado por: Cadena Noticia Sur