ASÍ ES MUY DIFÍCIL SALIR ADELANTE:
Mientras del poder político se echan culpas, nadie hace nada.
A dos años y medio de Gobierno, Mauricio Macri y María Eugenia Vidal ya no tienen excusas.
La crisis económica golpea con fuerza al CONURBANO BONAERENSE, en particular a los niños y niñas que, cada vez más, dependen de los comedores, copas de leche y viandas que reparte el Estado para poder comer.
Estos niños también viven en condiciones de hacinamiento, con viviendas precarias, muy pocos tienen una cobertura de salud y tienen carencias educativas.
Un informe reveló que en la provincia de Buenos Aires el 54,2% de los niños es pobre, el 13,1% indigente y el 33% presenta problemas de necesidades básicas insatisfechas.
Según un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) y la Defensoría del Pueblo de la provincia, el 54,2% de los niños, niñas y adolescentes (de 0 a 17 años) del Conurbano son pobres y el 37,7% depende de los comedores escolares para poder alimentarse todos los días.
Según un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) y la Defensoría del Pueblo de la provincia, el 54,2% de los niños, niñas y adolescentes (de 0 a 17 años) del Conurbano son pobres y el 37,7% depende de los comedores escolares para poder alimentarse todos los días.
Los comedores escolares, viandas del Estado o copa de leche son centrales para que los menores puedan comer en el Conurbano.
Pese a ello, el 10,1% de los niños tiene problemas de inseguridad alimentaria severa, o sea que tuvieron que padecer HAMBRE.
En total, el 20,2% tiene inseguridad alimentaria total.
A los problemas alimentarios se suman los de vivienda, ya que el 63,7% no tiene cloacas o agua potable y el 28,6% de los menores padece hacinamiento en sus casas, o sea que no cuentan con el espacio suficiente en sus hogares.
En materia de salud, el 62,4% no tiene acceso a una obra social, prepaga o mutual, el 25,4% no consultó a un médico y el 53,6% nunca fue al dentista.
Las carencias educativas también son un problema.
A los problemas alimentarios se suman los de vivienda, ya que el 63,7% no tiene cloacas o agua potable y el 28,6% de los menores padece hacinamiento en sus casas, o sea que no cuentan con el espacio suficiente en sus hogares.
En materia de salud, el 62,4% no tiene acceso a una obra social, prepaga o mutual, el 25,4% no consultó a un médico y el 53,6% nunca fue al dentista.
Las carencias educativas también son un problema.
Si bien acceden a la escuela pública, el 26% falta a clases y más del 50% no tiene acceso a una computadora.
En el caso de los adolescentes, casi el 11% debe salir a trabajar para ayudar en la economía del hogar, lo que complica el estudio.
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