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viernes, 20 de abril de 2018

El Tango y sus binomios, hoy "Leopoldo Federico y Julio Sosa":


El Tango tuvo grandes y exitosos binomios:
Gardel-Le Pera; Biagi-Duval; Dagostino-Vargas; Tanturi-Castillo; De Angelis-Dante, Fresedo-Ruiz; Troilo-Fiorentino; Di Sarli-Podestá, Ferrer-Piazzolla, por nombrar algunos.

Hoy nos referiremos a Federico-Sosa, ambos antes de lograr esa unión que fue tan exitosa, venían con un largo trayecto artístico.

Durante varias oportunidades, en la oficina del maestro Leopoldo, café por medio, y en amenas charlas sobre el Tango, que era su gran pasión, me contó anécdotas vividas con el "Varón del Tango".

Cuando en la década del ´60, Julio Sosa se desvincula de la orquesta de Armando Pontier, para emprender su etapa como solista, el director artístico de Radio Belgrano, lo cita al maestro, para comentarle que Sosa quería que lo acompañara musicalmente.

Federico, no muy convencido al principio, quedó en pensarlo y contestar a la brevedad, debido a que él venía con mucho trabajo en su orquesta, que ya tenía un estilo propio, pero después de analizarlo bien, aceptó, no muy convencido.

La orquesta estaba integrada por grandes músicos, en el mes de noviembre debutaron en la Confitería Richmond de la calle Esmeralda, y en diciembre en los bailes del Club Atlético y Cultural YPF de Berisso, provincia de Buenos Aires.

“Yo tenía la orquesta formada cuando me conecté con Julio Sosa, mi formación tenía mi personalidad, y seguí trabajando de la misma manera. El éxito logrado fue debido al gran temperamento de Sosa, y se logró una fusión que conquistó la aprobación popular, me acuerdo que estrenábamos un Tango en la radio, y cuando íbamos a tocar a un club barrial, la gente lo solicitaba. Tenía un carisma, una manera de interpretar admirable. Así fue que comenzamos una relación de grandes amigos, trabajar con él fue un gran placer…”, enfatizaba Leopoldo.

En esa década estaba de auge “El Club del clan”, que se presentaban en un programa televisivo semanalmente. Los números musicales de Tango, twist, bolero, cumbia y ritmos caribeños constituían el eje central con un éxito absoluto.

Esos cantantes se transformaron en ídolos y los clubes se disputaban sus actuaciones.

El Tango comenzó una etapa difícil en cuanto a trabajo, la desocupación de los músicos era alarmante.

Aunque no así para Julio Sosa y la orquesta de Leopoldo Federico, que hacían de cada presentación un triunfo arrollador, sus discos se vendían a raudales.


“Era el tiempo del Club del Clan y, sin embargo, le pasó por arriba a esa crisis, gracias a su gran magnetismo artístico. Julio despertaba en el público una pasión irrefrenable. Me viene a la memoria imágenes de esas madrugadas, cuando volvíamos de varias presentaciones y lo invitaba a comer y tomar algo en casa, decí que era de madrugada, porque si los vecinos lo hubieran visto, no lo dejaban ir, porque lo adoraban”.

Actuaron con gran notoriedad en numerosos salones de Buenos Aires, en Radio Belgrano, dónde ocupaban los primeros lugares de audiencia, en radio Splendid, Radio El Pueblo y de esa manera el Tango resurgía!!!.

El sello que los respaldaba, para difundir sus discos inició un programa en canal 13, lanzando “Copetín de Tango”, luego “Luces de Buenos Aires” y “Casino”.

Realizaron giras por las provincias, en 1964, se fueron de viaje por varias ciudades y pueblos de Uruguay, dónde el público recibió a su compatriota con gran pasión.

Las grabaciones tenían gran repercusión por todos lados, y eso hacía subir la la demanda de venta de los discos.

Lograron que la juventud se acercara al Tango, orquesta y cantor eran una simbiosis perfecta para el logro de esa exitosa conquista popular y renacimiento del Tango.

Grabaron 64 temas, nombraremos algunos de los títulos: “Cambalache”, “Mano a mano”, “Confesión”, “Cuando era mía mi vieja”, “El último café”, “El firulete”, “Destellos”, “En esta tarde gris”, “El rosal de los cerros”, “La cumparista/Porqué canto así”, “Madame Ivonne”, “Mano a mano”, “Margot”, 
Milonga del novecientos”, “Nada” entre tantos otros…

En el mejor momento de estos dos grandes representantes de nuestro Tango, después de haber estado ensayando, al regresar a su casa, Julio Sosa tiene un terrible accidente y fallece a los 38 años de edad.

Sus restos fueron velados en el salón La Argentina, y era tanta la gente que quería despedir a su ídolo, que sus restos fueron trasladados al Luna Park, el cortejo hasta el cementerio de la Chacarita llevó más de siete horas, miles de admiradores lo acompañaron.

Allí estaba Federico y los músicos de la orquesta, acongojados de dolor, dándole el último adiós.

El maestro Leopoldo Federico, partió un 28 de diciembre del 2014, quizás en algún lugar de “allá arriba” están reunidos nuevamente.


Me despido de todos ustedes tarareando uno de los éxitos de este gran binomio... “Cambalache”:

Que el mundo fue y será una porquería

ya lo sé...

(¡En el quinientos seis

y en el dos mil también!).

Que siempre ha habido chorros,

maquiavelos y estafaos,

contentos y amargaos,

valores y dublé...

Pero que el siglo veinte

es un despliegue

de maldá insolente,

ya no hay quien lo niegue.

Vivimos revolcaos

en un merengue

y en un mismo lodo

todos manoseaos...

¡Hoy resulta que es lo mismo

ser derecho que traidor!...

¡Ignorante, sabio o chorro,

generoso o estafador!

¡Todo es igual!

¡Nada es mejor!

¡Lo mismo un burro

que un gran profesor!

No hay aplazaos

ni escalafón,

los inmorales

nos han igualao.

Si uno vive en la impostura

y otro roba en su ambición,

¡da lo mismo que sea cura,

colchonero, rey de bastos,

caradura o polizón!...

¡Qué falta de respeto, qué atropello

a la razón!

¡Cualquiera es un señor!

¡Cualquiera es un ladrón!

Mezclao con Stavisky va Don Bosco

y "La Mignón",

Don Chicho y Napoleón,

Carnera y San Martín...

Igual que en la vidriera irrespetuosa

de los cambalaches

se ha mezclao la vida,

y herida por un sable sin remaches

ves llorar la Biblia

contra un calefón...

¡Siglo veinte, cambalache

problemático y febril!...

El que no llora no mama

y el que no afana es un gil!

¡Dale nomás!

¡Dale que va!

¡Que allá en el horno

nos vamo a encontrar!

¡No pienses más,

sentate a un lao,

que a nadie importa

si naciste honrao!

Es lo mismo el que labura

noche y día como un buey,

que el que vive de los otros,

que el que mata, que el que cura

o está fuera de la ley...




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Artículo revisado: El Tango y sus binomios, hoy "Leopoldo Federico y Julio Sosa": Clasificación: 5 Revisado por: Cadena Noticia Sur