Vamos a descubrir al "Café-Concert":

El "café-concert" o "café-teatro" no es un género dramático nuevo o diferente.

Fue inventado a principios de los años 60 (en París), hoy representa en Argentina una de las manifestaciones teatrales más comunes y difundidas.

Y no vaya a creerse que se tratan de puestas reservadas al "underground"; vale recordar que los reyes del café-concert en el país son, nada menos que: Antonio Gasalla y Carlos Perciavalle, y hasta el mismo Enrique Pinti, o el eterno Tato Bores.

Es un galicismo utilizado para hacer referencia a un establecimiento que es, a la vez, una sala de conciertos y un café.

El modelo que se ha conservado, con muy diferentes variedades, puede ser sintetizado como local donde además de una consumición (bebida y comida, a discreción), el público presencia espectáculos musicales, teatrales o mixtos.

El café-concert está asociado a la Belle Époque francesa.

La tradición del café-concert como un lugar de presentación de grupos musicales y tiene sus orígenes en el París y en el Londres del siglo XVIII, pero algunos autores aventuran la tesis de que se popularizaron en el siglo XIX y a principios del siglo XX a través de diferentes modelos nacionales de café-concert.

Bajo ese nombre se agrupan piezas que: son cortas, carecen de escenografía y la representación se desarrolla muy próxima a los espectadores, en espacios pequeños.

Quizá por esos motivos, la base del café-concert se encuentra en los monólogos, que habitualmente son cómicos o absurdos, o en rápidos diálogos entre dos actores, no más.

Otro ingrediente fundamental es el sketch, que es una escena corta que presenta una situación generalmente graciosa, y cuyo instrumento principal es la sátira burlesca y grotesca de la vida contemporánea; la imitación de los personajes de la actualidad.

Aunque no sea por definición, en los hechos, no hay café-concert sin humor, sin sátira, sin risas.

El humor es muy característico. El resurgimiento tiene que ver con la necesidad de crear espacios alternativos, porque hay un movimiento teatral muy importante y por suerte hay muchos actores y directores; pero hay muy pocos lugares.

Las salas oficiales no tienen acceso fácil y los café-concert son una alternativa porque suelen no hacerse en teatros, se pueden hacer en bares. Por otro lado, se puede abordar a través del humor, que es otra historia.

Para los actores, un dato de primer orden es el contacto casi inmediato con el público.

La distancia con el receptor no es indiferente para los artistas, porque con frecuencia pueden hacerlo intervenir en sus monólogos, y dialogar; o provocar circunstancias no previstas en la pieza; en otras palabras: improvisar escenas y textos.

Hay una forma de relacionarse con el público muy particular. El mismo espacio lo condiciona.

Además, la música influye, se trabaja mucho con actores que cantan, permite la utilización de otros lenguajes y, sobre todo, el humor.

El café-concert es un género único cuya ventaja es la inmediatez que existe con el público y cómo uno toma eso para transformarlo en humor.

El llamado teatro de revista es un género emparentado con el café-concert.

Están muy relacionados... "La Revista" tiene dos pilares: el capo cómico y la vedette, y alrededor de ellos giran los sketch, los números musicales y los monólogos de los humoristas.

Por esto y por muchos más, recomiendo visitar entre amigos un café-concert... y después me cuenta!!!.