En Florianópolis mientras miles de argentinos veraneaban en las playas caterinenses, los locales sólo hablaban del caso de como el Diputado Nacional (ellos lo llaman Federal), por el Estado de Santa Catarina, João Rodrigues (en funciones) era detenido por Interpol y extraditado al Brasil.
El Supremo Tribunal Regional Federal de Río Grande do Sul (segunda instancia) había confirmado la sentencia de 5 años y 3 meses.
Rodrigues estaba de vacaciones en Miami con su familia esperando que el lunes 12 de febrero prescribiera la causa, pero al confirmarse la sentencia sólo le quedaba cumplirla con un régimen semi-abierto (dormiría de noche en la prisión).
Compró un pasaje a Asunción del Paraguay pero la filtración de un video adelantando la maniobra originó el pedido de la Justicia a Interpol y su posterior detención.
Compró un pasaje a Asunción del Paraguay pero la filtración de un video adelantando la maniobra originó el pedido de la Justicia a Interpol y su posterior detención.
Rodrigues era Intendente (ellos lo llaman Prefeito) del municipio de Pinhalzinho cuando en febrero de 1999 habia comprado en una licitación marcada por irregularidades una retroexcavadora con un sobreprecio menor comparados a los que vemos en los municipios argentinos (en algunos se prendieron fuego por arte de magia).
Una vez más la Justicia brasileña da un ejemplo de independencia del poder de turno y no especula de cómo impactaría en el escenario político una decisión apegada a la Ley.
Una vez más, Brasil da ejemplo del apego a las instituciones y lidera en la región un nuevo paradigma sobre el "castigo a la corrupción".
Será capaz la JUSTICIA ARGENTINA de imitar, aunque sea por decoro, a la Justicia brasileña juzgando y encarcelando a intendentes y funcionarios que gobernaron por décadas y se hicieron millonarios y que hacen gala de su impunidad.
Será capaz la JUSTICIA ARGENTINA de imitar, aunque sea por decoro, a la Justicia brasileña juzgando y encarcelando a intendentes y funcionarios que gobernaron por décadas y se hicieron millonarios y que hacen gala de su impunidad.
El sólo hecho de no querer rendir cuentas, tal como lo prevee la Ley, debería ser castigado con la cárcel.
Hoy vemos como en distintos "Municipios del Conurbano" se aprueban la "Rendición de Cuentas Anual" sin ver un solo expediente.
¿Tomará la Argentina el rumbo de una República donde se respetan las instituciones o terminará siendo una "republiqueta bananera" como la que personificaba Alberto "el Negro" Olmedo en "El Dictador de Costa Pobre"?.
De los jueces depende…, ya que la sociedad los alaba!!!.






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