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viernes, 6 de octubre de 2017

Hoy recordamos al poeta del lunfardo, “Carlos de la Púa”:


El señor poeta, periodista y escritor.
Su verdadero nombre, Carlos Muñoz del Solar, su apodo, "Carlos de la Púa", le decían “Malevo Muñoz”, nacido en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, casi finalizando el siglo XIX, un 14 de enero de 1898, su infancia transcurrió en el barrio Once, por eso también le decían el poeta de Balvanera.

En 1925, fue redactor en el diario “Crítica” aportando textos, y a partir de ese momento el periodismo lo atrapó definitivamente.

Su talento por la narrativa y la poesía quedó plasmada en dos obras, “El sapo violeta”, y en 1928, publicó “La Crencha engrasada”, con poemas lunfardos que relatan el drama mismo de los marginados, a los que la vida muchas veces los “maltrata” y hasta les mezquina, la posibilidad de la “revancha”.

Los poemas del libro “La Crencha engrasada”:

Cacho de recuerdo, Barrio Once, Barracas, Puente Alsina, Bajo Belgrano, Los bueyes, Don Juan, El Entrerriano, Tango viejo, El choclo, El cachafaz, Fabriquera, Sor bacana, La maleva, Cortada de Carabelas, de estos poemas grabó un disco el actor Santiago Gómez Cou con el cuarteto Guardia Vieja.

En su libro, el escenario es la ciudad de Buenos Aires, y los personajes: los hombres de la noche, de la calle, de las orillas, dónde desfilan, rateros, ladrones, cafisos, mujeres de la noche, modestas pibas de barrio y los lugares: un café, una esquina, un cabaret…

Algunos de sus poemas fueron incluídos en una antología de poesía argentina, dirigida por César Tiempo.

Por su valioso aporte al lunfardo, en la "Academia Nacional del Lunfardo", hay un sillón que lleva su nombre, a modo de homenaje.

Fue un personaje invalorable del Tango, un bohemio incurable, un porteño hasta la médula, que hacía honor a la amistad.

Era muy alto y corpulento, cuando llegaba a la redacción le decían: ahí viene el cachalote, fue reconocido por su humor, su desparpajo y su inconformismo.

Muy amigo de Carlitos Gardel, Aníbal Troilo, Jorge Luis Borges, Enrique Cadícamo, Roberto Arlt, Raúl y Enrique González Tuñón, Nicolás Olivari entre otros.


En 1933 fue guionista de una de las primeras películas sonoras, de la Argentina, “Tango”.

Dirigió dos películas, en 1934, “Galería de esperanzas” (Chingolo), y en 1935, “Internado”.

Fue autor de los Tangos, “Luces de París” y “Coraje y fuego”.

Fueron sus pasiones, el boxeo, las carreras de caballos, las mesas de timba, y le encantaba comer en abundancia, tanto, que llegó a pesar 130 kilos, debido a eso, tuvo problemas en su salud y falleció joven, a los 50 años.

Se dice que un amigo que siempre lo visitaba cuando estaba internado, le dijo:

-Malevo, no es que quiera asustarte pero en todo caso conviene quedar bien con Dios. ¿Me dejás que te traiga un sacerdote?.

El Malevo en su semisopor, entendió y trabajosamente dijo:

-Si, total… siempre conviene tirarse un lance.

Carlos de la Púa o el “Malevo Muñoz, un poeta porteño, con alma sensible, se fue un 9 de mayo de 1950.

Seguramente allá arriba en la mesa de un café, estará reunido con Carlos Gardel, Julian Centeya, Celedonio Flores, Cátulo Castillo, Enrique Cadícamo, Troilo, Manzi y otros grandes personajes de una época en que la bohemia reinaba la noche de Buenos Aires, y ellos, tenían un denominador común, el Tango!!!.


Me despido hasta el próximo encuentro y me voy cantando el Tango de Celedonio Flores y Francisco Pracánico, “Corrientes y Esmeralda” que en su letra menciona al poeta que hoy recordamos:

Amainaron guapos junto a tus ochavas

cuando un cajetilla los calzó de cross

y te dieron lustre las patotas bravas

allá por el año... novecientos dos...

Esquina porteña, vos hiciste escuela

En una melange de caña, ginfitz,

pase inglés y monte, bacará y quiniela,

curdelas de grappa y locas de pris.

El Odeón se manda la Real Academia

rebotando en tangos el viejo Pigall,

y se juega el resto la doliente anemia

que espera el tranvía para su arrabal.

De Esmeralda al norte, del lao de Retiro,

franchutas papusas caen en la oración

a ligarse un viaje, si se pone a tiro,

gambeteando el lente que tira el botón.

En tu esquina un día, Milonguita, aquella

papirusa criolla que Linnig mentó,

llevando un atado de ropa plebeya

al hombre tragedia tal vez encontró...

Te glosa en poemas Carlos de la Púa

y el pobre Contursi fue tu amigo fiel...

En tu esquina rea, cualquier cacatúa
sueña con la pinta de Carlos Gardel.




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Artículo revisado: Hoy recordamos al poeta del lunfardo, “Carlos de la Púa”: Clasificación: 5 Revisado por: Cadena Noticia Sur