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viernes, 11 de agosto de 2017

Hoy "Virulazo", tanguero y bailarín:


En la década del cuarenta se destacaron y hubo excelentes bailarines que brindaron calidad artística a nuestro Tango, y a su vez, los cantores comenzaban a tener entidad propia, porque dejaban de ser solamente estribillistas y al cantar un Tango entero demostraban su calidad interpretativa.

Para la juventud de aquella época, era muy importante saber bailar muy bien el Tango, y el escenario eran las pistas de los clubes, los grandes salones, y los elegantes cabarets.

Por eso, se juntaban en los patios de sus casas, en las reuniones callejeras con amigos o bien en familia a practicar pasos al compás de un buen Tango!!!.

“Virulazo”, su verdadero nombre , Jorge Martín Orcaizaguirre, nacido en Haedo un 10 de Octubre de 1926 , de ascendencia vasca e italiana por parte de madre.

De jovencito jugaba a las bochas y un viejito italiano siempre lo alentaba, diciéndole “mandale un virulazo” término que había adoptado como “bochazo”.

Criado por sus abuelos, en La Tablada, porque sus padres se habían separado, trabajó desde muy niño para ayudar a su abuelo que era trabajador ferroviario, desempeñándose como lustrador de zapatos, vendiendo sándwiches, peón de matadero etc.

También le encantaba bailar Tango, y lo hizo desde muy chico, frecuentando los bailes de La Matanza, o del barrio de Mataderos.

Un día el poeta Celedonio Flores, y el cantor Carlos Acuña lo vieron bailar y lo conectaron con los cafés céntricos para que bailara profesionalmente.

Debutó en el "café La Armonía" de la calle Corrientes, y después siguieron los cabarets de primer nivel de la época, Tabarís, Chantecler!!!.

Ya en el año 1952, una empresa importante de chocolates, organizó un concurso nacional de bailarines, y se anotó junto con su primer esposa Aída, y lo ganó, y fue contratado para brindar shows en todo el país.

En 1959, ya separado de su esposa, se reencuentra con su primera novia, Elvira Santamaria, con quién formaría pareja de baile y de vida hasta el final de sus días.

Ya en la década del 60´, cuando todos los programas televisivos, dedicaban su espacio al rock, y a la juventud dejaba de atraerle el Tango, en una de sus notas, comentaba que bailaban por monedas y tanto él como Juan Carlos Copes, eran los únicos que soportaban seguir adelante en esos momentos.

Ya en la década del 70’, comenzaron a salir nuevamente y acompañaron en gira a don Hugo del Carril.

Cuando en la década del 80’, decide abandonar el baile, Juan Carlos Copes lo convoca para integrar el espectáculo “Tango Argentino” cuyos productores fueron Claudio Segovia y Héctor Orezolli, pretendiendo estrenarlo en París.


Cuando Virulazo y Elvira asisten a la prueba, (en ese momento Virulazo tenía 57 años, y pesaba 126 kilos), el productor Claudio Segovia lo mira a Copes con incredulidad, y éste le dice, míralo bailar, y es así que cuando Virulazo y Elvira comienzan a bailar, el productor no podía creer que semejante hombre, parecía flotar, no pisar el suelo, y su compañera Elvira haciendo firuletes a su alrededor, y es así como enseguida quedaron contratados.

Años más tarde el propio productor Claudio Segovia comentaba: “La ferocidad con que se entregaba, la unión de belleza y fuerza que lograba con Elvira, quedó en la mente de todos los que lo hayan visto”.

El espectáculo “Tango Argentino” fue un éxito en todo el mundo, y el Tango volvió a renacer en todas partes!!!.

Virulazo y Elvira se convirtieron en celebridades mundiales.

En 1985, presentaron el espectáculo en Broadway, y todos los bailarines fueron nominados a los Premios Tony.

Rescatando una de sus tantas entrevistas decía:
*"Con lo que gané en las últimas giras me compré tres casas, un camión y dos autos, para mis hijos, ahora salgo algunas veces más, junto unos dólares y ¡chau!, me retiro. Cada gira son cinco o seis meses y para mí es un sufrimiento, es como estar encanutado en Alcatraz. Sufro lo peor que le puede pasar a un hombre, estar solo en la muchedumbre. En Japón me paraba en una esquina y me rodeaban doscientos millones de ponjas, y no entendía un carajo lo que decían. Entraba en un restaurante, pedía un chorizo y me lo traían con miel, ¡una cosa de locos!. Se morfan el pescado crudo como los indios. ¡Dejame de joder!. Nunca comí tanto pollo y tallarines como en Japón. Hay gente a la que le llamará la atención, pero a mí no. A mi me atrae un buen vino, un asado con los amigos, los jilgueritos que tengo en el fondo de mi casa".

"Se hicieron amigos míos Anthony Quinn y Robert Duvall. Éste último, cada vez que viene a la Argentina, se viene aquí a mi casa a comerse un asadito".

Recuerdo una gira que compartí escenario con Virulazo, fué en un teatro de Chile, y vi pararse el público de pié en un estruendoso aplauso cuando salió a bailar con Elvira.

Realmente fue un gran personaje un “cacho de Buenos Aires”, con un inmenso amor por su país, Argentina, y el Tango!!!.

Virulazo, falleció un 2 de agosto de 1990, a causa de cáncer al pulmón, por su adicción al cigarrillo.

Su esposa Elvira, se fue con él de gira, (como decimos cuando un artista, deja este mundo) en 1999, y seguro están juntos y deleitando al compás de un buen Tango a los ángeles en el cielo.


Me despido hasta el próximo encuentro cantando “Bailarín compadrito”, muy representativo para todos los bailarines:

Vestido como dandy, peinao a la gomina

y dueño de una mina más linda que una flor,

bailás en la milonga con aire de importancia,

luciendo la elegancia y haciendo exhibición.

Cualquiera iba a decirte, che, reo de otros tiempos,

que un día llegarías a rey de cabaret,

quepa' enseñar tu corte pondrías academia...

Al taura siempre premia la suerte que es mujer.

Bailarín compadrito,

que floriaste tu corte primero,

en el viejo bailongo orillero

de Barracas al sur.

Bailarín compadrito,

que quisiste probar otra vida,

y al lucir tu famosa corrida

te viniste al Maipú.

Araca, cuando a veces oís La Cumparsita

yo sé cómo palpita tu cuore al recordar

que un día lo bailaste de lengue y sin un mango

y ahora el mismo tango bailás hecho un bacán.

Pero algo vos darías por ser sólo un ratito

el mismo compadrito del tiempo que se fue,

pues cansa tanta gloria y un poco triste y viejo
te ves en el espejo del viejo cabaret.




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Artículo revisado: Hoy "Virulazo", tanguero y bailarín: Clasificación: 5 Revisado por: Cadena Noticia Sur