Naiara tenía 8 años, había nacido en Misiones y sus papás se separaron.
El papá se fue a vivir a Chile y la mamá a España, con Naiara.
En España, la madre rehízo su vida, pero su nueva pareja nunca quiso a Naiara. Con la anuencia de la madre, el padrastro mandó a Naiara a vivir con su madre (abuelastra de Naiara) y su hermano (tiastro).
Eso es todo lo que supo Manuel, su padre biológico, a quien su ex mujer no le permitía hablar con su hija. En estos días, Manuel recibió la noticia de que Naiara había tenido un accidente grave: se había caído por las escaleras. Más tarde, su ex mujer le comunicó que Naiara había muerto.
“Yo no sabía nada de que (Naiara) no vivía con ella (su madre), me entero por la prensa española. Ni siquiera la madre fue capaz de contarme cómo murió mi hijita. La madre me dijo que se había caído por la escalera”, manifestó Manuel, quien detalló que la autopsia de su hija arrojó que murió por los golpes.
“Yo no sabía nada de que (Naiara) no vivía con ella (su madre), me entero por la prensa española. Ni siquiera la madre fue capaz de contarme cómo murió mi hijita. La madre me dijo que se había caído por la escalera”, manifestó Manuel, quien detalló que la autopsia de su hija arrojó que murió por los golpes.
“El hermano del padrastro la encerró en un cuarto y la golpeó hasta dejarla agonizando y recién cuatro horas después la llevaron a un hospital”, afirmó.
“Mi hija ya venía siendo maltratada hace rato. Tenía un hueso roto en la pierna, que se le soldó solo, porque nunca la llevaron al hospital”, agregó Manuel y aseguró que “la madre, el marido y la madre del marido son cómplices” del crimen de Naiara.
“Mi hija ya venía siendo maltratada hace rato. Tenía un hueso roto en la pierna, que se le soldó solo, porque nunca la llevaron al hospital”, agregó Manuel y aseguró que “la madre, el marido y la madre del marido son cómplices” del crimen de Naiara.
Manuel está haciendo los trámites para viajar a España y poder no sólo llevarse el cuerpo de su hija, sino denunciar al círculo familiar que maltrató y terminó asesinado a Naiara.
El asesino se llama Iván Pardo, tiene 33 años y confesó ante la Justicia el brutal crimen.
Según detallan los medios españoles, el asesino se desempeñaba como seguridad privada.
“No se derrumbó ante el juez ni ante la Policía en las dos ocasiones en las que relató cómo torturó hasta la muerte a la pequeña, de tan sólo ocho años de edad, a lo largo de toda una mañana”, dice el Heraldo, que destaca que lo único que no explicó Pardo fueron los motivos que lo llevaron a cometer semejante crimen.
El diario aragonés señala que además de las marcas de ataduras recientes que tenía el cuerpo de la pequeña, los médicos encontraron costras anteriores que podría señalar que en el pasado había sido obligada a permanecer mucho tiempo agachada con las piernas dobladas en el suelo.
El diario aragonés señala que además de las marcas de ataduras recientes que tenía el cuerpo de la pequeña, los médicos encontraron costras anteriores que podría señalar que en el pasado había sido obligada a permanecer mucho tiempo agachada con las piernas dobladas en el suelo.
Además, no consta que Naiara hubiera sido tratada por ningún médico de una rotura de tibia anterior, lo que vendría a constatar que la niña vivió en una auténtica pesadilla los últimos años, siendo sometida a diversas agresiones.
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