Algunos todavía la odian, pero el amor de su pueblo la hizo "eterna":

TODAVÍA EL CABECITA NEGRA, LA LLORA:

Maria Eva Duarte, Eva Perón, Evita... como se la conoció en sus últimos años, como el pueblo la bautizó, fue una figura que rompió todos los precedentes históricos y definió una modalidad política nunca vista hasta entonces, hasta ahora inclusive.

Generó amor y odio, generó devoción entre su pueblo, lo que jamás provocó fue la indiferencia.

Durante el breve período de su actuación, al lado de Perón, fue el centro de un creciente poder y se convirtió en el alma del movimiento Peronista, en su esencia y en su voz.

El 26 de julio de 1952 murió "la abanderada de los humildes".

Pasó a la eternidad a las 20:25 horas, tenía tan sólo 33 años de edad.

Así fue anunciado por la cadena de radiodifusión a las 21:36 horas:

"Cumple la Secretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación el penosísimo deber de informar al pueblo de la República que a las 20:25 horas ha fallecido la Señora Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación. Los restos de la Señora Eva Perón serán conducidos mañana, al Ministerio de Trabajo y Previsión, donde se instalará la capilla ardiente".

VIVA EL CÁNCER:

Tan profundo le llegó Evita a sus descamisados, a sus grasitas, que un sector minoritario solía pintar una frase repudiable (ellos eran así, auténticos de cuerpo y alma, soltaban la mierda que tenían adentro).

La verdadera "grieta" comenzó ahí.

Evita había nacido el 7 de mayo de 1919 y se casó con Juan Domingo Perón en 1945.

Tras la asunción de éste como Presidente de la Nación al año siguiente, se convirtió en primera dama, Presidenta del Partido Peronista Femenino, Presidenta de la Fundación Eva Perón y Jefa Espiritual de la Nación.

En 1947 impulsó la Ley de sufragio femenino.

Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

Ese mismo año fundó el Partido Peronista Femenino, el que presidió hasta su muerte.

Ella tenía todo lo que la época necesitaba, tenía convicciones, fuerza, oratoria, carácter, sensibilidad, acción y lealtad.

Amaba su país como nadie.

A cada paso, dejó una anécdota, una enseñanza, una historia sin final y dejó una huella tan profunda que cada 26 de julio, se la recuerda en cada rincón del país y hasta el mundo la tiene presente.

Junto al General, Evita les dio derechos a lo mas olvidados, les dio visibilidad, les dio amor, felicidad y hasta les dio... su vida.

Por eso EVITA será ETERNA.