Todos disfrutamos de escuchar un buena versión orquestal de un Tango, dónde sumado al piano, el bandoneón y otros importantes instrumentos musicales, nos deleitamos con arreglos musicales, dónde hay partes escritas para el lucimiento del violín, instrumento de cuerda del cual en forma breve trataremos de conocer un poco mas, de paso, aprovechamos a nombrar a grandes músicos que lograron ejecutarlo con gran éxito en nuestro Tango:
Alfredo Gobbi (el violinista romántico del tango); Francisco Canaro, Julio De Caro, José De Grandis, Antonio Agri, Emilio Balcarce, Enrique Mario Francini, Argentino Galván, Aquiles Roggero, Agustín Bardi, ElvinoBardaro, Leo Lipesker, Mario Abramovich, Fernando Suárez Paz, entre otros importantes músicos.
Pero vamos a remontarnos brevemente a saber cómo nació el violín?…
Surge en Italia, en el Siglo XVI, hay otro instrumento que abundó en Europa, mucho antes y que se denominaba la viola da gamba.
Este coexistió con el violín durante unos doscientos años.
El arte de la construcción del violín vivió su esplendor en los siglos XVII y XVIII en los talleres de dos italianos de Cremona: Antonio Stradivarius y Giuseppe Guarneri y en Austria de la mano de Jacob Stainer.
Por otra parte, encontramos que dos partes fundamentales del violín son la tapa y el fondo, que están unidas por el alma, nombre que se le da a una barrita de madera que además de reforzar la estructura es muy importante para la transmisión del sonido.
El mango, el arco y las cuerdas son otras de sus principales características.
En la antigüedad las cuerdas se hacían de crin de caballo y todo el instrumento era elaborado con maderas preciosas como el roble.
El violín tiene una gran capacidad melódica y el mejor agudo de todos los instrumentos de cuerda que conforman su familia, como pueden ser el violonchelo o la viola.
La introducción hacia fines del siglo XVI e inicios del XVII del violín en el ámbito del Cono Sur se debe principalmente a los frailes jesuitas y franciscanos, muchos de ellos nacidos italianos como Domenico Zipoli, cuyo nombre lleva una famosa escuela de música cordobesa.
Los jesuitas introdujeron la enseñanza musical en las reducciones creadas en territorios que hoy pertenecen a la Argentina, Paraguay, Bolivia y el sur de Brasil, en una región poblada en los citados siglos por indígenas entre los cuales preponderaba la cultura guaraní.
El Tango cuenta con el violín como uno de sus principales instrumentos.
El violín de Tango suele ser el mismo que el violín de concierto para la llamada música clásica, en cambio los violines de otras músicas suelen ser violines "criollos", de formas muy semejantes al violín clásico, aunque la gran diferencia se encuentra en las maderas con que están confeccionados (algarrobo criollo y mistol o chañar) por ejemplo.
En el noreste es frecuente el término violinero (que sin embargo suele aplicarse más al "luthier").
El violín es posiblemente uno de los instrumentos mas antiguo que ha mantenido una permanencia en todas las combinaciones instrumentales del genero.
Hay un Tango que los invito a que cuando puedan lo escuchen de un gran violinista como lo fue ElvinoVardaro y letra del gran Cátulo Castillo “Te llaman mi violín”, en la versión de la orquesta de Osvaldo Fresedo y la voz de Oscar Serpa, me voy cantando bajito este Tango y los invito a otra curiosidad musical en el próximo encuentro!!!.
Eres una triste princesita
Que se muere en un palacio
De marfil y malaquita.
Yo soy un romero sensiblero
Que no tiene nada más
Que el cielo y su sendero.
Pero bajo el sol de los caminos
Soy el dueño del espacio
Con mis sueños peregrinos.
Tengo las estrellas
Y los vientos del confín,
Que cantan en la voz de mi violín.
Soy el dueño del espacio
Con mis sueños peregrinos.
Tengo las estrellas
Y los vientos del confín,
Que cantan en la voz de mi violín.
Yo sé...
Que todo aquello sólo fue,
Una cadencia de minué
Y que el soñar
Tiene despertar.
Que todo aquello sólo fue,
Una cadencia de minué
Y que el soñar
Tiene despertar.
Mas...
Sé que también no te olvidé,
Y en los silencios del esplín
Está sonando mi violín
Tal vez... llamándote.
Sé que también no te olvidé,
Y en los silencios del esplín
Está sonando mi violín
Tal vez... llamándote.
Tímida sonrisa que ocultabas
Tras los pálidos plumones
Y el marfil de tu abanico.
Entre sus varillas me miraban
Y jugaban al amor,
Tus dulces ojos niños.
Tras los pálidos plumones
Y el marfil de tu abanico.
Entre sus varillas me miraban
Y jugaban al amor,
Tus dulces ojos niños.
Loco ir y venir de pelucones
Por los rojos cortinados
Y a la luz de tus salones.
Junto a tus dorados
Oropeles de festín,
Cantaba mi pobreza en el violín.
Por los rojos cortinados
Y a la luz de tus salones.
Junto a tus dorados
Oropeles de festín,
Cantaba mi pobreza en el violín.







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