El refranero político está lleno de frases significativas para describir situaciones y personajes que a pesar de nuestras negaciones se filtran por resquicios inimaginables.
Cristina por ejemplo, el caso testigo que descubre lo frágiles que somos. Vamos por todo. El viejo General del Siglo decía que “la bota de potro no es para todos” y que, “no siempre el camino recto es el más corto”, pero como el “oleo sagrado de Samuel” es una virtud que poseen únicamente los artistas, resulta que a los “pobres de espíritu” se les escapan estas sutilezas.
Llegan las PASO (primarias, abiertas, simultaneas y obligatoria), que fueron inventadas para joder y terminan demostrando que los políticos son “una joda”.
No hay INTERNAS, (salvo entre chichipios angurrientos), las facciones presentan “listas de unidad” donde mojan los conocidos que garantizan, como Don Giuseppe, que todo cambie un poco para que nada cambie. Sin embargo en ese domingo de agosto (13 Aghgggggh!!!!!, Aghgga cuernitos), habrá que levantarse, hacer la cola en el colegio respectivo, votar por quien nos espante menos y soportar que no haya fútbol, cines ni espectáculos hasta muy tarde; en suma bancarse un día muy aburrido, sólo hay que esperar que no llueva y que no se nos caiga la suegra al mediodía.
Pocas ideas… y mucho menos de eso del arte de hacer; que es la política. Nadie da para el debate serio, apenas, en Intratables, para discernir sobre la ropa interior de los candidatos o sobre prontuarios de los que no escapa nadie. El que este libre de pecado que arroje el primer carpetazo. Nunca queda claro si hay una investigación o una operación y la nave va.
Volviendo a Cristina. La señora demuestra a propios y extraños que “hacer política”, para bien o para mal, es algo más complejo que inflar globitos amarillos. Hay que saber calzar bota de potro (claro que de Louis Vouitton).
Conocedora de las debilidades humanas les dejó el viejo PJ para aquellos que todavía quieren ganar elecciones con el traje del General, pero que de política no entienden nada.
Vamos por todo con la Unidad Ciudadana. Randazzo viiiia. Otro que debo rescatar del escarnio, del olvido y la traición es el viejo varón (o era con “b”?) del conurbano más conocido como el Sheriff.
A la vuelta de las cosas demostró junto a Cristina que hacer política es algo más que lanzar proclamas, distribas y ditirambos.
Un huevo en cada canasta, una red de contención y todos los pescaditos boqueando por un lugarcito que les permita medrar hasta las próximas elecciones.
Jorge Castillo dicen que está arrepentido, debió dedicarse sólo a la política.
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