FANATISMO O ESTUPIDEZ?:
Fernanda Vallejos fue una de las sorpresas del cierre de listas del frente Unidad Ciudadana.
La propia ex presidente Cristina Kirchner, que competirá por una banca en el senado, le ofreció estar en la boleta, encabezar la lista de diputados nacionales y ser la vocera durante la campaña sobre los problemas económicos que atraviesa el país.
Vallejos minimizó los hechos de corrupción vinculados a los gobiernos de Néstor y Cristina, y que son investigados por la justicia.
También defendió al ex vicepresidente Amado Boudou, a quien se le inició un juicio oral por estar acusado como partícipe necesario en la falsificación de los papeles de un auto Honda CRX Del Sol modelo 92 que compró cuando vivía en Mar del Plata.
La economista señaló que con Boudou "comenzó un proceso de persecución judicial y mediática, que vemos se ha recrudecido y expandido sobre todas las personalidades que formaron parte de las gestiones anteriores. Porque parece haber una fuerte vocación de que no vuelva a haber un proyecto nacional".
En este sentido, planteó que:
En este sentido, planteó que:
"El poder económico nunca le va a perdonar" ser uno de los protagonistas de "la recuperación de los fondos de los trabajadores de las fauces de la AFJP".
"Como no se lo perdonaron a Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón, Néstor Kirchner ni se lo van a perdonar a Cristina ni a ninguna de las figuras que los han ayudado a construir ese tipo de políticas", enfatizó.



El crímen de Boudou fue haber dejado a Clarín sin el negocio de las AFJP cuando devolvió las jubilaciones privadas al Estado, y haber favorecido a una empresa que estaba por quebrar (Ciccone) y que el Grupo quería quebrada para comprarla y anexarla a Boldt (vinculada a Clarín) y quedarse con el negocio de la impresión de billetes del Banco Central, o sea; Boudou evitó que los billetes de la Argentina los fabrique Clarín. Empresa que, finalmente, fue comprada por el abogado Alejandro Vanderbroele, presidente de “The Old Fund S.A., con dinero del financista Raul Moneta y el banquero Jorge Brito. Boudou solo se había limitado a pedirle a la AFIP que se le otorgue una moratoria especial para evitar su cierre después de que la AFIP solicitara su quiebra por una deuda fiscal de 230 millones de pesos, tal como se hizo durante el Kirchnerismo con otras miles de empresas, dándoles planes de facilidades fiscales o buscando empresarios que se hagan cargo de las mismas, para evitar el desempleo. La causa Ciccone se inició por la denuncia de un “ciudadano común”, según reza en la causa, quien declaró haberse enterado de delitos de acción pública por una conversación en un café entre hombres a quienes escuchó decir que The Old Fund “resulta ser una pantalla de la familia Ciccone” y de una persona “políticamente expuesta, alto funcionario del Gobierno Nacional, para recuperar la empresa antes fallida”, hombres a los que el denunciante no pudo ver porque, según él, estaba de espaldas. Ese ciudadano tan poco común es Jorge Orlando Pacífico, un sargento del Ejército, especialista en explosivos, comando en la guerra de las Malvinas, participante en los levantamientos carapintada de Aldo Rico y Mohamed Seineldín, y dirigente del MODIN, detenido bajo la acusación de traficar armas robadas al Ejército, y fue el primer hilo en la pista carapintada del atentado a la sede de la AMIA. Pero el juez a cargo de la causa, Ariel Lijo, y quien se niega a investigar la ruta del dinero para saber de dónde Boudou sacó la plata con la que supuestamente compró Ciccone, sostiene que Vandenbroele es amigo y testaferro de Boudou cuando no tiene ni una prueba de tal hecho, no hay encuentros, fotos, llamadas, etc. entre ambos, solo que un amigo de Vandenbroele (Fabián Carosso Donatiello) alquiló por unos días un departamento de Boudou por el que Vandenbroele pagó las expensas porque el inquilino del ex-vicepresidente se encontraba en el exterior.
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