La "Narración Oral" como herramienta de emociones:

La narración es anterior a la escritura; una mezcla de relato oral, gestos y expresiones.

Cuando aparece la escritura las historias se empiezan a grabar, a transcribir. 

Las historias, los cuentos se han tallado, esculpido, pintado, imprimido, o grabado en madera, marfil, bambú, huesos, cerámicas, pieles, papel, seda, o grabado en películas, fotografías y almacenado en formatos digitales.

Pero las historias orales se siguen memorizando y pasan de generación a generación, a pesar de lo escrito y televisado.

En un mundo moderno y de tanta “comunicación” recordar cuentos de hadas parece una cosa de niños; pero no lo es. 

Cuentos populares, mitológicos, leyendas, fabulas, adivinanzas, o biografías de una persona o hasta la evolución de las normas culturales pueden modificar estructuras internas en los seres humanos.

Se puede tomar como recreación o una forma de aprendizaje. Somos individuos con historias, con cultura, con símbolos y si a eso le sumamos actitud, cuerpo o sonidos puede enriquecer la vida de muchos, incluso la nuestra.

La narracion oral es contar cuentos, historias, leyendas que viajan de boca a boca hasta un oído ávido. La forma más antigua para comunicarnos. 

Los primeros fueron los trovadores, los juglares.

Pero cuando entra en el ámbito domestico, nace el cuento, de la voz de una madre, una abuela; y con el cuento va el cuentacuentos, de pueblo en pueblo. De corazón a corazón.

Además del texto (mensajes, palabras) son importantes la voz, las pausas, los gestos, las miradas. Se construye algo íntimo, intuitivo y seductor. Un puente entre lo viejo y lo nuevo.

Sin pantallas, la imagen la crean ambos….el narrador y su oyente. El cerebro se activa y construye; el cuerpo se emociona y vibra.

Altamente recomendable para enfatizar sobre la sensibilidad. En tiempos que corren de prisa, un abrazo, un gesto, la mirada. Las emociones nos hacen vulnerables, pero también nos llevan a la plenitud.

Un abuelo, un niño y un cuento.

El narrador no lee, la historia se dice, se cuenta mirando a los ojos al que la escucha.

Y erróneamente se cree que hay que aprendérsela de memoria. Pero no!.

La memoria que se utiliza es como cuando contas una anécdota tuya, un viaje. Vas recordando (de re- cordis: volver a pasar por el corazón), y viendo en tu interior el viaje y se relata; el cuerpo recuerda y muestra mientras la voz se moviliza hasta decirlo.

La historia está viva, nunca acabada; cambia según el momento, según quien la cuenta y según quien la escucha.

Te invito a pasar alguna tarde por algún bar, una biblioteca donde un cuenta cuentos tenga algo que contarle a tu corazón.

Recomendación: los talleres de Pedro Parcet, pasen y vean!

Un lugar donde los pasos se dan hacia atrás.

Espectáculos Noticias Sociedad domingo, mayo 21, 2017