Sabemos que cada vez que llueve es un fenómeno natural causado por las precipitaciones que caen de la atmósfera a la superficie terrestre, este sería una de las causantes de las inundaciones pero no es la única, la segunda causa es gracias a la "mano del hombre" y sus "negocios en la deforestación de bosques" enteros, es por este motivo que el agua no puede ingresar al subsuelo y la misma comienza a circular en la superficie con gran velocidad arrasando con todo lo que se le cruce por delante.
Los bosques actúan como una barrera contra estos factores climáticos como esponjas absorbiendo el agua del suelo, pero la desforestación y la explotación agropecuaria fueron devorando las selvas y bosques que atraviesan y se encuentran en cercanías con las cuencas hidrográficas del litoral argentino hablamos de los ríos Paraná, Iguazú y Uruguay los cuales fueron aumentando su caudal por la pérdida de las barreras naturales es decir (los bosques).
Según informes de biólogos y especialistas en los últimos años el norte de nuestro país mantuvo una tala de árboles excesiva donde las áreas forestadas se convirtieron en terreno para cultivos, esto produjo la desaparición de los bosques argentinos en un 12% entre los años 2001 y 2014 pero en la provincia de Córdoba fue la que mantuvo la tasa más alta de desmonte en Argentina y una de las mayores del mundo, la misma cuenta con menos del 5% de los bosques nativos.
Esto quiere decir que las inundaciones no son casuales como las que vienen sufriendo nuestras provincias últimamente en: Santa fe, Chaco, Tucumán, Entre ríos, Buenos Aires y Corrientes donde las aguas no bajan y castiga a los sectores más pobres de la región... como siempre!!!.
Este "hecho irresponsable" es un negocio que genera muchas ganancias a los dueños de las tierras, a los gobiernos provinciales y nacionales, los cuales buscan echarle la culpa al clima por las problemáticas, a pesar de la sanción de la Ley Nacional de bosques en el 2007.
Los desmontes fueron aumentando, lo cual debemos pensar que es un negocio millonario amparado por el estado a través de ambiciones políticas que se mantuvieron por décadas sin importar las consecuencias que hoy vivimos, al no realizar planificación y obras necesarias, porque fue más rentable generar negocios con dueños de las tierras, que pensar en el bienestar y la vida de los inundados que hoy tenemos, los cuales perdieron lo poco obtenido con tanto sacrificio a lo largo de sus vidas.
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