La polémica está instalada y tiene cuatro frentes: el Gobierno, los Gremios, los Docentes y los Padres de los alumnos.
Hoy, como ayer, “no hay” dinero suficiente para pagar los sueldos de los docentes y como consecuencia los gremios, en paritarias anteriores, lograron un régimen de licencias mas flexible que se plasmaron en la Ley del Estatuto Docente tratada y aprobada por la Legislatura Provincial.
Ahora se plantea que el ausentismo docente es alto, pero no se hace un análisis profundo de las razones que lo originan y solo se lo presenta a la sociedad con el título.
Ahora se plantea que el ausentismo docente es alto, pero no se hace un análisis profundo de las razones que lo originan y solo se lo presenta a la sociedad con el título.
Veamos algunas cuestiones:
Una cuarta parte del ausentismo es por disfonía, enfermedad profesional, especifica del trabajo docente y reconocida por la Ley de Riesgos de Trabajo y sus decretos reglamentarios.
Esta Ley obliga al empleador a capacitar anualmente a todos los trabajadores mediante cursos, de manera que, se pueda evitar accidentes y enfermedades en los lugares de trabajo.
Desde que se implementó la Ley en el año 1996, nunca se ha dictado uno.
Un porcentaje menor es por maternidad y estudio, y el mayor porcentaje es por enfermedades.
Si el problema es el ausentismo por enfermedad, nada hay que reclamar a los docentes ni negociar con lo gremios.
Las autoridades deben hacerlo con el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires, que es quien tiene delegado por el Estado el control del ejercicio de la profesión médica.
Además, hay un segundo control del ausentismo realizado por empresas de auditoria médica, que si bien no pueden cuestionar el diagnóstico (el código de Ética Médico no lo permite), si pueden limitar los días de licencia en caso de considerarlos excesivos.
Una medida sencilla y que solucionaría el problema rápidamente consiste en instrumentar la obligación por parte de los médicos en usar una estampilla (como se hace para los psicofármacos), en los certificados de licencia emitidos para todo empleado de la administración pública provincial.
Por lo menos en este tema, no usemos de chivo expiatorio a los docentes.
Y por último, los padres deben acercarse y dialogar con ellos (docentes), y entre todos conocer la realidad: de la escuela, del alumno y de esa manera se conocerá la verdad sobre el rol del maestro.
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