El Gobierno le dio un golpe de gracia a la industria nacional.
El Servicio Nacional De Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), aumentó 15 veces los aranceles de la industria nacional de productos biotecnológicos.
Inexplicablemente a partir del año pasado hubo un giro en la Política Pública de utilización de productos biológicos para la producción de alimentos en Argentina, castigando a la producción local y beneficiando indirectamente a la extranjera.
Los consumidores y los productores de alimentos de todo el mundo están teniendo un cambio en el consumo y producción, a partir de la exigencia en el uso de insumos mas amigables con el medio ambiente y la salud humana.
Inexplicablemente a partir del año pasado hubo un giro en la Política Pública de utilización de productos biológicos para la producción de alimentos en Argentina, castigando a la producción local y beneficiando indirectamente a la extranjera.
Los consumidores y los productores de alimentos de todo el mundo están teniendo un cambio en el consumo y producción, a partir de la exigencia en el uso de insumos mas amigables con el medio ambiente y la salud humana.
Argentina participa de esta tecnología innovadora con el 25 % del mercado de todo Latinoamérica y en la actualidad hay decenas de nuevos proyectos en estudio.
Esta industria utiliza capital y mano de obra local y produce insumos para la fruticultura y la horticultura no solo para nuestro país, sino también exporta al resto del mundo.
Este aumento feroz de los aranceles no se condicen ni con el nivel inflacionario ni tampoco con un aumento en los servicios que presta el SENASA.
Los aranceles son una herramienta para la promoción de las Políticas Públicas y no se entiende cuál es el fin de perjudicar a la industria local de bioinsumos.
Hemos visto que el Gobierno Nacional retrocede en las medidas tomadas cuando estas son descabelladas.
Quedamos a la espera de un ejemplo mas o al inevitable cierre de nuestra industria de productos biotecnológicos.
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