El encargado de echar al equipo de profesionales fue el delegado Organizador de la Universidad Provincial de Ezeiza (UPE), Ariel Ubieta, hombre vinculado a Alejandro Granados y su esposa, la diputada nacional Dulce Granados.
A través de un comunicado oficial de la cátedra que encabeza, el historiador denunció el “arbitrario” despido del que fue víctima él y su equipo docente que dictaban clases de estudios en la Universidad de Ezeiza hace cinco años.
Según precisaron, el despido se ha operado sin ninguna notificación oficial y bajo la ya consabida forma de la `no renovación del contrato´ luego de 5 años de trabajo ininterrumpido que demuestran la existencia de una relación de dependencia laboral camuflada.
Esta acción unilateral, improcedente y arbitraria obedece a cuestiones ideológicas y desmiente todo el discurso oficial del gobierno de la Provincia de Buenos Aires que habla de `pluralismo´, `tolerancia´, `respeto a la diversidad de ideas´, etc. y que muestra el afán revanchista de esa administración y no el deseo de `unir a los argentinos´.

