Un hecho policial que dejó indignados a policías y vecinos.
Una mujer fue detenida como acusada de haber asesinado a puñaladas a su hijo de 2 años y herido a otros dos de 11 y 14 años, en su casa de la localidad bonaerense de Ituzaingó.
El hecho fue descubierto en una vivienda situada en Martín Rodríguez y Juan de Ayolas, en la mencionada localidad del oeste del conurbano, luego de que la abuela de los chicos se comunicara con una vecina y le pidiera que fuera hasta la casa porque creía que algo había sucedido.
"La abuela, que vive en Claypole, me llama alrededor del mediodía y me dice que vaya a ver a la casa porque uno de los chicos estaba muerto. Yo no me animaba a entrar porque no sabía si ella estaba lúcida ni si me iba a atacar", relató una vecina llamada Cecilia.
La vecina dijo que al entrar a la casa vio a uno de los nenes, el de 11 años, con un corte en el cuello y a otro, el de 5, que estaba bien.
"Ella estaba en la otra habitación con el nene más grande (de 14 años) y el más chiquito (de 2 años), estaba degollado y ella lo tenía en brazos. Estaba fría la criatura, así que (el crimen) habrá sido por la noche", sostuvo Cecilia.
Dijo que cuando los efectivos entraron, la mujer, a la que se identificó sólo como Flavia, "no atinó a nada, estaba con el nene en brazos y mirando al techo, pero en estado de shock".
La testigo dijo que, de acuerdo a lo que vio en la casa, la mujer podría haber drogado a los chicos y haberlos apuñalado cuando ya estaban dormidos porque estaban como "idos".
"Le preguntaba al nene que estaba apuñalado y no sabía cómo responderme, lo único que me decía es que estaba mareado y le dolía el cuello", relató la mujer, que agregó que le llamó la atención que a ese chico alguien lo había vendado sobre la herida, que era bastante grande.
Según la vecina, llamó al padre de los dos niños más pequeños para contarle lo sucedido, pero el hombre justo arribó a la casa, cuando los trasladaban al hospital.
Según la fuente, la mujer, que practicaba la "religión umbanda", y su ex marido siguieron con las discusiones por teléfono unas horas más, hasta que ella llamó a un amigo y le confesó: "Me mandé una cagada".
Según la fuente, la mujer, que practicaba la "religión umbanda", y su ex marido siguieron con las discusiones por teléfono unas horas más, hasta que ella llamó a un amigo y le confesó: "Me mandé una cagada".
