El Parlamento venezolano, con mayoría opositora tras las últimas elecciones legislativas, aprobó abrir un juicio político para determinar la responsabilidad política del presidente Nicolás Maduro en la crisis económica y social del país.
En respuesta, el mandatario denunció un “golpe parlamentario" y convocó a una reunión para hoy a las máximas autoridades de defensa y de los poderes públicos para evaluar esta medida.
El acuerdo aprobado por la Asamblea Nación incluye citar a Maduro para que comparezca el martes 1 de noviembre a la cámara y responda sobre su posible "responsabilidad en las graves violaciones a la Constitución, derechos humanos y la democracia" y en la "devastación de la economía".
El jefe de la bancada opositora, Julio Borges, dijo que el presidente tendrá derecho a la defensa en el juicio político que impulsa la cámara.
"Es un proceso que se inicia con la intervención de diputados oficialistas y opositores. Seguimos exactamente en la hoja de ruta" que plantea determinar responsabilidades de otros poderes públicos por violar la Constitución, señaló.
El oficialismo rechazó el acuerdo y defendió la gestión de Maduro en la presidencia. Destacó que mientras se deba la discusión, Maduro realizaba gestiones con países productores de petróleo para reforzar los precios del barril petrolero, que es el sostén de la economía venezolana.
A la llegada al país luego de visitar al Papa Francisco en el Vaticano, Maduro fue recibido por una masiva marcha de partidarios que se movilizó con sus tradicionales camisas rojas en Caracas hacia la casa presidencial.
La manifestación pasó a unas pocas cuadras del edificio de la Asamblea Nacional, donde los participantes cantaron la repetida consigna: "Y va a caer, y va a caer, esa Asamblea va a caer".
Sin embargo, no se repitieron los incidentes del domingo pasado, cuando un grupo de partidarios del Gobierno, varios de ellos armados, irrumpieron en la cámara con gritos contra la oposición.
El oficialismo rechazó el acuerdo y defendió la gestión de Maduro en la presidencia. Destacó que mientras se deba la discusión, Maduro realizaba gestiones con países productores de petróleo para reforzar los precios del barril petrolero, que es el sostén de la economía venezolana.
A la llegada al país luego de visitar al Papa Francisco en el Vaticano, Maduro fue recibido por una masiva marcha de partidarios que se movilizó con sus tradicionales camisas rojas en Caracas hacia la casa presidencial.
La manifestación pasó a unas pocas cuadras del edificio de la Asamblea Nacional, donde los participantes cantaron la repetida consigna: "Y va a caer, y va a caer, esa Asamblea va a caer".
Sin embargo, no se repitieron los incidentes del domingo pasado, cuando un grupo de partidarios del Gobierno, varios de ellos armados, irrumpieron en la cámara con gritos contra la oposición.