Ezeiza, Esteban Echeverría, Lomas de Zamora y Almirante Brown son distritos colindantes, con problemas muy parecidos.
Lo mismo podría afirmarse del conurbano aunque para analizarlo en conjunto habría que hacer algunas salvedades. En primer lugar, diré que a estos distritos los une el espanto del ferrocarril Roca.
Estaciones que se atestan de gente, que a la mañana temprano deben soportar las peores situaciones de transporte y de inseguridad, espectáculo que se repite a la vuelta por la noche a sus respectivos hogares.
Compañías de ómnibus que sacan y llevan esos contingentes a los barrios del interior con unidades vetustas y en pésimas condiciones, como si la VTV no se aplicara a las empresas de transporte de pasajeros.
No hay concejal, ni diputado, ni intendente que se preocupe por esto. No hay en los respectivos HCD ningún proyecto que contemple la posibilidad de mejorar esta situación, que lleve alivio y seguridad a los cansados usuarios.
Boletos encarecidos y mala prestación. Saliendo de las zonas céntricas, Lomas de Zamora, Banfield, Temperley, Luis Guillón, Monte Grande, Ezeiza, Adrogué, etc., calles de tierra, oscuras y descuidadas.
Cada esquina ofrece la posibilidad de una emboscada por peajes o algo peor. Hay lugares que el pobre trabajador cansado de su larga jornada, trae preparados de antemano cigarrillos y un “diego” para la birra y el paco de los muchachos.
Mañana será otro día. La periferia, llámese Cuartel Noveno, el Pantano, Don Orione, o La Flecha, o Sol de Oro, o Villa Golf o como se llame, presenta estas mismas características. Con los gobiernos militares o con los gobiernos democráticos el mismo panorama, desolación y angustia.
Con las complicaciones del narcotráfico y nuestros hijos como víctimas. Como bien describe Walter Martello en su trabajo de investigación, en 20 años de cambios y recambios policiales, con marchas y contramarchas y con una interminable galería de personajes, la seguridad ciudadana sigue siendo una gran preocupación en la provincia, pero mucho más en los barrios donde la policía brilla por su ausencia.
La crónica policial está llena del horror de las víctimas. Para peor desde algunos medios se agranda la grieta entre los pobres y los “normales”, de acuerdo a las declaraciones de nuestra Vice-Presidente.
Nueva deserción de concejales, legisladores e intendentes. Gente que vive, gente que muere. Esas mismas condiciones de infraestructura, que nadie atiende como las calles de tierra, impide la entrada de ambulancias y el socorro médico.
Tal vez para disimular que los hospitales están colapsados y faltos de recursos humanos y materiales. Podemos enumerar casos y casos de situaciones extremas donde impera la voluntad de Dios, porque la de los hombres está siempre ausente.
Otra vez ¿Dónde están los concejales, legisladores e intendentes?, Insaurralde, Gray, Cascallares o Granados, aparecen en fotos con el presidente o la gobernadora actual, pero actúan como la ex presidente "Cris", lanzando planes a futuro, manejando hipotéticas cifras millonarias, prometiendo empleo, o poniendo la piedra basal de una escuela que ya se construyó varias veces.
Pero apenas son el “cambio” para que nada cambie, como la célebre obra de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, “IL GATOPARDO”, que imprime la denominación “gatopardismo” a toda esta hipocresía.
Nuestros sectores medios, no están mejor. Temen el malón de la pobreza y las consecuencias de una droga que no deja de correr.
Hay que condenar a los corruptos que estuvieron en el gobierno de CFK, como si hoy no existieran más corruptos que se roban ahora, en vivo y en directo, nuestras pocas ilusiones, nuestros insomnes sueños.
¿Dependerá de nosotros modificar esta historia?.



