En un día tan especial, cabe una reflexión en voz alta (claro que hay excepciones).
Ser padre no es sólo procrear, es mas profundo y el tiempo es testigo de ese valor agregado de la vida.
Si creemos que somos perfectos, esta editorial no tiene sentido, ahora si tomamos el camino como una constante carrera hacia la evolución de los sentimientos y confesamos que todos cometemos errores, el acercamiento al gracias o al te extraño, o al perdón hará mas llevadero esta fecha en el almanaque.
Partiendo que no hay un "máster" para ser hijos o padres exitosos, tendremos en cuenta el concepto de ser un "Papá de carne y hueso".
En estos tiempos que vivimos, no es nada sencillo ser la cabeza de una familia, problemas miles, tolerancia cero y cuestionamientos como para hacer dulce.
Ahora bien, cada uno tiene su historia y tendrá un enfoque de su definición del tema, cada uno tendrá como mochila, lo que fue, lo que es y lo que quiere ser.
La mejor manera de limar cualquier aspereza entre los dos bandos "hijos y padres", es el diálogo y meternos el orgullo ahí donde usted se imagina.
Un papá presente es un "lazarillo" para el alma y una mamá que hace por circunstancias de la vida ese rol es un ángel guerrero.
El contexto influye y mucho, los tiempos cambian y en casos puntuales para mal.
Las claves del éxito nadie las conoce, pero aquel que tenga ese "plus" de intentarlo mil veces, tiene chances de graduarse como un sobreviviente de este día tan especial.
La vida es una sola, no hay que quedarse con las ganas de expresar lo que uno siente.
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