Lamentablemente se consolida la vuelta en todo el país.
No es nostalgia, sino pura necesidad, una clara señal de los que nos dejó un gobierno "nacional y popular" y otro que no puede resolverlo, como de la "alegría amarilla extrema".
Paulatinamente reaparece el sistema que se hizo famoso en los primeros años de este siglo con la tremenda crisis posterior al menemismo.
El ejemplo palpable se esta dando en la provincia de Mendoza, ya se institucionalizó el trueque, con el objetivo de combatir el ajuste, el desempleo y los tarifazos.
“Algunos de los pequeños productores que venden en este mercado cooperativo Colonia Bombal hacen el trueque de verduras por ropa usada”, afirmó Ama Morales, presidenta de la comisión directiva de ese espacio.
Morales explicó que los productores de la zona tienen por delante un invierno difícil "porque no hay plata y porque hacen falta abrigos, y la única forma de obtenerlos es haciendo el trueque”.
"Y para mucha gente es la posibilidad de poder comer", destacó Ama.
Otro dato relevante es:
Ya en algunas localidades del conurbano (Isidro Casanova, Malvinas Argentinas, Florencio Varela entre otros), se está organizando el "trueque" en clubes barriales y plazas.
Este "Déja Vu" pone en la lupa, la incapacidad del arco político, que nos hacen pasar por lo mismo.
Este "Déja Vu" pone en la lupa, la incapacidad del arco político, que nos hacen pasar por lo mismo.
La profunda crisis económica del 2001 y 2002 en la Argentina provocó la instauración del canje.
Una botella de salsa de tomates por un par de zapatillas usadas, ropa por comida, plantas por verduras.
Quince años después, tras el triunfo de Mauricio Macri, ese método está de regreso, mientras aumenta la pobreza.
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