La fiscal Susana Callejas tiene los nombres de los 11 participantes de los incidentes.
Uno de los involucrados sería uno de los barrabravas identificado como Adrián Napolitano, alias "el Panadero", quien sería, de acuerdo a las investigaciones judiciales, un hombre de "segunda línea" que hace unas semanas se peleó con la conducción que encabezan Rafael Di Zeo y Mauro Martín.
En tanto, la fiscalía señaló a través de la página www.fiscales.gov.ar, que "se obtuvieron imágenes crudas e inéditas que muestran el momento preciso del ataque, que al ser cotejadas con otra información obrante en la Fiscalía, permitieron identificar al agresor y a sus cómplices".
El hombre arrojó el líquido sobre la humanidad de los hombres de River y que manchó parte de la manga por la que ingresaban al campo de juego para el segundo tiempo.
La fiscal Susana Calleja contó con la colaboración del fiscal Daniel Pablovsky, de la Unidad de Prevención de Violencia en el Fútbol.
"Hasta el momento los clubes Boca Juniors y River Plate han prestado toda la cooperación que les ha sido requerida", se indicó.
Los jugadores de River Leonardo Ponzio, Matías Kranevitter, Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni y Julio Chiarini, como así también el personal policial destacado para la custodia del equipo prestaron declaración testimonial en la Fiscalía y se inició el análisis de las filmaciones aportadas por Boca Juniors y la productora Torneos y Competencias.
La investigación por la agresión sufrida por los jugadores de River se inició de oficio, la misma noche del suceso, por la intervención de la División Investigación de Conductas Delictivas en Espectáculos Deportivos de la Policía Federal.
El sumario fue labrado por la Seccional 24ª y se instruye por el delito de lesiones.
Ese día se secuestraron las camisetas de los jugadores que habían sido atacados y, con la colaboración de la Unidad Criminalística de la Policía Federal, se tomaron fotografías de la manga y muestras con las que se realizaron los primeros peritajes.
Los lesionados fueron examinados por el médico legista, quien dictaminó que los eritemas (enrojecimiento de la piel), lagrimeos e inyección conjuntival, detectados en casi todos los damnificados, eran compatibles con contacto con gas pimienta.
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