A partir de esa protesta, que incluyó una extensa huelga de hambre, conseguimos “que cuatro ambulancias entren a la Villa 31 y a los asentamientos de Lugano, Barracas y Bajo Flores pero trabajan sólo ocho horas” y gracias a que los vecinos “nos ocupamos de todo”.
“Hoy volvemos a poner la carpa para que todos sepan que el problema de la emergencia en los asentamientos no terminó. Es más, sólo se mantiene gracias a que nosotros estamos organizados y autogestionamos el servicio”, explicó Klejzer.
En la carpa, que se levantó en el mismo lugar donde estuvo desde el 21 de abril hasta el 13 de junio de 2014, se reclama que las ambulancias trabajen durante las 24 horas del día y que el gobierno porteño nombre y pague los sueldos de los médicos, “que deben ser tres por turno”.
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