El viudo seguirá cumpliendo su condena en su casa de Villa Astofi, partido de Pilar, donde vive su madre, también condenada por el crimen y beneficiada con el arresto domiciliario debido a su avanzada edad.
Allí también residen los hijos que Arce tuvo con Galliano y que quedaron bajo su custodia.
La resolución para que el condenado pueda cumplir la pena en su vivienda fue dictada a fines de diciembre pasado, aunque se implementó en los últimos días, cuando desde el Servicio Penitenciario Bonaerense le adjudicaron una tobillera electrónica para monitorearlo.
El sistema de detención domiciliaria con monitoreo electrónico funciona a través del área técnica del Servicio Penitenciario, que supervisa su cumplimiento.
A este sistema pueden acceder enfermos incurables en período terminal; discapacitados cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario sea inadecuada por su condición, mayores de 70 años, mujeres embarazadas, madres de niños menores de cinco años o de una persona con discapacidad a su cargo y otros aspectos considerados por el juez.
Este beneficio es ordenado por el Juzgado interviniente y el área técnica del Servicio Penitenciario hace un relevamiento en la vivienda en la que se encuentra el detenido e instala el aparato.
En tanto, el Centro de Monitoreo es el que recibe la información de la tobillera -pesa 48 gramos, de material plástico resistente a golpes y al agua- ya que ésta tiene sensores que detectan si fue movido y controla la distancia a la que se encuentra de acuerdo al rango prefijado (corto, medio, largo o máximo).
La tobillera transmite una señal detectada por la Unidad de Monitoreo que corrobora que el detenido se encuentra en el domicilio y, en caso que exista alguna alteración del radio dispuesto por el juez (generalmente el perímetro de la casa), dispara un llamado al número de emergencias 911.
Tiene una batería interna con autonomía de aproximadamente 18 meses, se cierra con una traba a modo de precinto que debe romperse para retirarla y posee una malla que detecta cualquier alteración.
La resolución para que el condenado pueda cumplir la pena en su vivienda fue dictada a fines de diciembre pasado, aunque se implementó en los últimos días, cuando desde el Servicio Penitenciario Bonaerense le adjudicaron una tobillera electrónica para monitorearlo.
El sistema de detención domiciliaria con monitoreo electrónico funciona a través del área técnica del Servicio Penitenciario, que supervisa su cumplimiento.
A este sistema pueden acceder enfermos incurables en período terminal; discapacitados cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario sea inadecuada por su condición, mayores de 70 años, mujeres embarazadas, madres de niños menores de cinco años o de una persona con discapacidad a su cargo y otros aspectos considerados por el juez.
Este beneficio es ordenado por el Juzgado interviniente y el área técnica del Servicio Penitenciario hace un relevamiento en la vivienda en la que se encuentra el detenido e instala el aparato.
En tanto, el Centro de Monitoreo es el que recibe la información de la tobillera -pesa 48 gramos, de material plástico resistente a golpes y al agua- ya que ésta tiene sensores que detectan si fue movido y controla la distancia a la que se encuentra de acuerdo al rango prefijado (corto, medio, largo o máximo).
La tobillera transmite una señal detectada por la Unidad de Monitoreo que corrobora que el detenido se encuentra en el domicilio y, en caso que exista alguna alteración del radio dispuesto por el juez (generalmente el perímetro de la casa), dispara un llamado al número de emergencias 911.
Tiene una batería interna con autonomía de aproximadamente 18 meses, se cierra con una traba a modo de precinto que debe romperse para retirarla y posee una malla que detecta cualquier alteración.
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