"Dios estuvo de mi lado dijo Kaleb".
A pesar de su incómoda posición entre los dos remolques de metal, Whitby salió de la trampa mortal casi ileso.
En diálogo con el diario The Oregonian, el conductor relató que "él había estado conduciendo por una pendiente detrás del vehículo por un tiempo, pero retrocedió debido a que la niebla era tan espesa", mientras que cuando volvió a mirar "la gran plataforma se extendió a través de los carriles de la autopista, sin dejarle a donde ir".
El auto fue encerrado por los camiones, que lo dejaron al medio, y tras ser arrastrado, Whitby vio cómo su auto se enroscaba a su alrededor sin llegar a lastimarlo, y terminaba convirtiéndose en una especie de armadura, de la que más tarde debió ser rescatado.
El insólito y afortunado suceso recorre el mundo como un verdadero milagro.
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