Ya está comprobado que con la furia de la naturaleza no se puede.
Un terremoto de 9,1 grados provocó la ola gigante que el 26 de diciembre de 2004 causó la muerte de 170.000 indonesios y arrasó 800 kilómetros de litoral en el norte de la isla de Sumatra.
Un terremoto de 9,1 grados provocó la ola gigante que el 26 de diciembre de 2004 causó la muerte de 170.000 indonesios y arrasó 800 kilómetros de litoral en el norte de la isla de Sumatra.
Decenas de ONG de todo el mundo acudieron al auxilio de Aceh donde, con más de 200.000 casas destruidas y 560.000 desplazados, se invirtieron 6.700 millones de dólares.
"¡La devastación fue tan grande! Solo quedó la tierra.
No había certificados de defunción ni de propiedad.
Fue muy difícil decidir dónde construir las casas.
Empezamos desde cero", explica Myrna Evora, la directora en Indonesia de Plan, una de las organizaciones.
"Para mí fue una muestra de gran coordinación, se planeó muy bien.
Si no, ahora no estaríamos en una situación tan estable", cuenta Buchari, elegido alcalde de Aceh Besar tras el tsunami.
Una prueba que puso al límite la capacidad de supervivencia de la raza humana.
El antes y el ahora en imágenes:






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