El sumo pontífice se mostró apenado al
recordar a los cristianos perseguidos y torturados en Irak y Siria, la epidemia
del Ébola y los niños que son abusados.
El Papa Francisco se mostró muy apenado en su mensaje de Navidad al afirmar que "verdaderamente hay muchas lágrimas en esta Navidad" tras recordarle a los fieles las persecuciones que sufren los cristianos en Siria e Irak, la epidemia mortal del Ébola y los abusos a menores.
Asomado sobre el balcón de la Logia central de la basílica de San Pedro para la tradicional bendición "Urbi et Orbi" (A la ciudad y al mundo) realizó un repaso minucioso de todo el año, en el que hizo referencia a las guerras de Medio Oriente.
"Tantos niños víctimas de la violencia y de tráficos en el mundo", puntualizó.
Y ese balance anual repudió las matanzas y secuestros ocurridos en Nigeria por el grupo armado Boko Harán.
Sin embargo, desde su cuente de Twitter, y antes del discurso, el sumo pontífice publicó unas palabras de esperanza: "Con Jesús está la verdadera alegría".


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