Fueron condenados a 8 años de cárcel, pero hasta que la sentencia quede firme,
están en sus hogares.
Se trata de Guillermo Sosa, un electricista de 41 años, de Olavarría,
quien fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal de Azul Nº 1, a ocho
años de prisión por abusar sexualmente de su hija biológica y de dos hijastras,
a lo largo de más de una década.
En el mismo proceso judicial también fue
condenado su padre, Osvaldo Víctor Sosa, de 64 años, por violar a una de
las chicas.
Una de las hermanas, que fue violada por su abuelastro, contó a Página/12 que se lo cruzó por las calles de Olavarría, donde viven ambos, porque el hombre tiene autorización judicial para ir al Hospital Municipal para atenderse de diabetes.
"Cada vez que lo veo, me paralizo y a veces creo que fue en vano llevar adelante las denuncias. Lo que nos pasó a nosotras le puede pasar a cualquier criatura en la ciudad", dijo Mariana Solange Gómez, que ahora tiene 21 años.
Según detalló el diario, los abusadores mantenían a las víctimas amenazadas para que no contaran nada.
El infierno se prolongó durante más de una década, en los que el padre-padrastro las manoseaba, cuando dormían, se duchaban o se lo cruzaban en la casa, y se masturbaba delante de ellas.
A Mariana, además, el abuelastro la violaba, en la casa de él, en su auto y en un hotel, según denunció la joven.
Las tres chicas siguen viviendo en Olavarría. Maira es niñera. Mariana está en pareja y fabrica camas para personas con capacidades diferentes.
Loana tiene 20 años, también vive con su pareja, con quien tuvo un hijo, y estudia la carrera de Comunicación Social.
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